El presidente de Perú, Pedro Castillo, asegura que no se replegará ante las presiones y complots urdidos por la oposición que buscan destituirlo.
“No me voy a desligar de este pueblo que por siglos reclama justicia”, dijo el miércoles el mandatario ante dirigentes de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas, organizaciones tradicionales de seguridad comunitaria, que lo visitaron en el Palacio de Gobierno y le dieron su apoyo frente a los actos hostiles promovidos por la derecha.
Lamentó que la oposición en el Parlamento haya rechazado todas sus ofertas de diálogo —destinado a buscar un consenso entre ambos poderes para trabajar a favor del país— y denunció que el ente legislativo tiene otra agenda.
Sobre los procedimientos judiciales contra su cuñada Yenifer Paredes —acusada de participar presuntamente en una red de corrupción y lavado de activos— que llevaron al allanamiento el martes del Palacio Presidencial por la policía y fiscales, Castillo aseguró que, aunque algunos sectores han “golpeado seriamente” a su familia, no van a quebrarlo y su Administración seguirá trabajando por un país “con igualdades”.
Pedro Castillo se volvió a dirigir al Congreso para expresar que el Ejecutivo, una vez más, pide un consenso entre ambos poderes para trabajar a favor del país.
El mandatario tachó de un show mediático las acusaciones s de la Fiscalía peruana en contra de su cuñada y acusó a la oposición de intentar vincular a él y a su familia con presuntos actos de corrupción para sacarlo del poder.
Desde que asumió el cargo en julio de 2021, Castillo, un profesor de primaria y dirigente sindical, se ha enfrentado a muchos intentos de la oposición en el Parlamento para vacarlo. El último intento lo hicieron varios legisladores de centroderecha que acusaron al mandatario de incurrir presuntamente un delito de traición a la Patria por considerar la posibilidad de realizar un referéndum popular para otorgar una salida al mar a Bolivia, perdida tras la Guerra del Pacífico en 1884.
Castillo, que asumió el liderazgo del país con la promesa de reformar la Constitución y luchar contra la corrupción, ha asegurado que no tiene nada que ver con actos irregulares o de corrupción, y prometido luchar hasta el final contra “las fuerzas golpistas” por la democracia.
