Pekín solicitó a los importadores estatales dejar de revender el gas natural licuado (GNL) a los compradores de Asia y Europa con el fin de garantizar el propio suministro de cara al invierno.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China -el principal planificador económico del país- instó a las compañías como PetroChina Co., Sinopec y CNOOC Ltd. a preservar los cargamentos de los depósitos para poder destinarlos al uso nacional, según fuentes familiarizadas con el asunto, citadas por Bloomberg. Por su parte, ni la propia comisión ni las empresas estatales respondieron a las solicitudes de comentarios respecto a la información proporcionada.
La agencia señala que es posible que la decisión de Pekín se haya visto impulsada por las previsiones sobre un pequeño déficit en el suministro de gas que surgieron en medio de las promesas del Gobierno de mantener los hogares calientes durante la temporada fría. Mientras tanto, tal paso podría agotar los envíos a Europa y empeorar la crisis energética que reina en la región en caso de un invierno gélido.
China cuenta con importantes contratos de compra de gas natural licuado de exportadores como EE.UU., y este año, los comerciantes del país asiático han estado desviando parte de ese suministro a Europa en medio de la escasa demanda interna. Las reventas representaron un cambio radical para China, que en 2021 superó a Japón como el mayor importador mundial de GNL gracias al aumento de las compras en el mercado al contado. Sin embargo, este año el país podría registrar su primera caída en el consumo de gas.
A principios de este mes, The Wall Street Journal informó que Pekín se está beneficiando con la reventa de gas natural licuado a Europa, ganando “cientos de millones de dólares” como consecuencia de las actuales sanciones contra Rusia. Según el medio, China presenta ahora una baja demanda de GNL, y en comparación con 133 buques con gas licuado que llegaron al país durante los primeros ocho meses del año pasado, durante el mismo período de este año esta cifra se redujo a solo 19 buques de GNL.
En estas condiciones, las compañías energéticas del gigante asiático, que firmaron contratos a largo plazo con EE.UU. sobre la compraventa de GNL, decidieron aprovechar la creciente necesidad de gas en Europa y revenderlo a países de ese continente, así como a Japón y Corea del Sur.
Tras el inicio de la operación especial en Ucrania, Rusia redujo considerablemente sus entregas de gas a Europa debido a las sanciones impuestas contra Moscú y la emergencia en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2. Para compensar la caída de las exportaciones rusas, los países europeos también recurrieron a EE.UU., uno de los principales proveedores de gas licuado en el mundo. Sin embargo, el gas licuado estadounidense es mucho más caro que el que llega de Rusia a través de gasoductos.