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Ingenieros de la Universidad de Zhejiang, en el este de China, han desarrollado un emisor de láser pulsado de un megavatio, informa South China Morning Post.
El dispositivo, con un peso de solo 1,5 kilogramos, es lo suficientemente pequeño como para ser instalado en un satélite. Además, el emisor es capaz de identificar y rastrear objetivos, así como de transmitir información rápidamente.
Los sistemas láser de alta potencia suelen ser voluminosos y pesados, llegando a varios kilos de peso por cada kilovatio de potencia.
Sin embargo, el equipo de Liu Chong del Departamento de Ciencia y Tecnología Óptica de la Universidad de Zhejiang ha desarrollado un emisor de láser pulsado de una sólida potencia de un megavatio que pesa solo 1,5 kg. Del tamaño de una lata de 500 mg, el dispositivo puede emitir hasta 100 pulsos por segundo en el entorno espacial durante casi media hora sin sobrecalentarse.
La potencia de cada pulso es de unos cinco milijulios, la cual no es suficiente para derribar un misil o satélite, pero sí que permite detectar un objetivo, rastrear sus movimientos y obtener imágenes detalladas.
Además, dos satélites con dichos emisores podrán establecer comunicación entre sí y transmitir la información. Sin embargo, el comunicado no especifica de qué distancias de transmisión y rastreo de trata.
Aunque los expertos chinos aseguran que este dispositivo en particular no es un arma, sus versiones más grandes “podrían serlo”, según un científico especializado en láseres de la Academia de Ciencias de China, citado por South China Morning Post, y que ha preferido permanecer en el anonimato.
Los ingenieros del gigante asiático también están desarrollando otros sistemas láser, incluidos los de combate. Así, en 2014 trascendió la información del sistema láser Low-air Guard-I, capaz de derribar drones y pequeños aviones que vuelan a baja altura. El sistema está equipado con un módulo de posicionamiento global y un láser de 10 kW de potencia, capaz de lograr los 12.000 metros de alcance efectivo.
En abril de 2019, se informó que la Marina de China había comenzado a probar un láser de combate naval. La nueva instalación también puede utilizarse como parte de un sistema móvil de defensa aérea y costera de corto alcance.