Si China y la UE no están ya en una guerra comercial, esta parece bastante cercana: Pekín ha decido responder a los aranceles europeos al coche eléctrico chino gravando, por lo pronto, el brandy que proceda del bloque comunitario, con unas medidas que entrarán en vigor este mismo viernes, tal como ha anunciado el gigante asiático. Las tasas van del 30,6% al 39% a una serie de marcas europeas, algunas de ellas españolas como Bodegas Osborne.
Con todo, al mercado español no le afectaría en exceso esta medida pues el brandy ha representado solo el 0,2% del total de exportaciones españolas de bebidas espirituosas en 2023. Pasa lo contrario con sectores como el porcino, que también está bajo la lupa de Pekín. La respuesta de China, se prevé, no se quedará en esto y puede afectar también a la industria o la automoción.
La reacción de la UE no se hizo esperar y ha decidido impugnar estos aranceles ante la OMC. “Creemos que son medidas que carecen de fundamento y estamos determinados a defender a la industria europea frente al abuso de instrumentos de defensa comercial”, expuso el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, en un comunicado difundido en redes sociales para anunciar que el Ejecutivo comunitario va a “impugnar” las medidas provisionales anunciadas por Pekín. España, por su lado, es partidaria de “una solución negociada” a este choque comercial, tal como ha expresado este martes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, desde Luxemburgo.
Esta medida de China es el primer paso tras la decisión de los 27 de hacer definitivos los aranceles al coche eléctrico chino tras una votación entre los Estados miembros que evidenciaron el pasado viernes cierta división: 10 países votaron a favor de la medida, 5 en contra y otros 12 se han abstenido -entre ellos España-, según han confirmado fuentes diplomáticas. En contra se han posicionado Alemania, Hungría, Malta, Eslovenia y Eslovaquia.
Esa confrontación con China viene de lejos, pero a ella le puso palabras hace un año Ursula von der Leyen durante el último discurso sobre el estado de la Unión. Entonces anunció una investigación por ayudas ilegales del gigante asiático a la producción de coches eléctricos, un hecho que, dijo, afecta a las empresas europeas y a su competitividad.
En ese escenario, sostuvo que la Unión tiene que prepararse para ser más independiente y para su propia ampliación porque está ante “una llamada de la historia” en un mundo que está cambiando. “Es una industria crucial para la economía limpia, con un enorme potencial para Europa, pero los mercados mundiales están inundados de coches eléctricos chinos más baratos”, expresó Von der Leyen, para quien el precio “se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales”.
La líder alemana advirtió de que esto “está distorsionando el mercado” y ha recordado que “Europa está abierta a la competencia” pero “no para una carrera a la baja”, pues destacó que la industria ‘limpia’ de la UE está lista para ser competitiva. No obstante, al tiempo que animó a proteger a Europa de “prácticas desleales”, apuntó que es “vital” mantener abiertas las líneas de comunicación y diálogo con China porque también hay temas en los que ambos actores “pueden y deben cooperar”. Para Von der Leyen “la competencia solo es cierta mientras sea leal”.