El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, suma unos 5.000 millones de dólares en yuanes al intercambio de monedas renovado con el gigante asiático
El Gobierno argentino ha encontrado en China un aliado para mantener a flote la economía tras el duro golpe sufrido por la sequía. El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, anunció desde Pekín un acuerdo para renovar el swap de monedas con China por 130.000 millones de yuanes (equivalentes a unos 18.300 millones de dólares) por un plazo de tres años y duplicar los fondos de libre disposición con la suma de 35.000 millones de yuanes (equivalentes a casi 5.000 millones de dólares) a los que había concedido con anterioridad.
Para acceder a la ampliación, Argentina deberá agotar antes los primeros 35.000 millones de yuanes que ya habían sido entregados. En ese momento, previo consenso de ambas partes, podrá acceder al segundo tramo por igual cuantía.
El Gobierno de Alberto Fernández podrá emplear esa inyección de dinero para respaldar el valor oficial del peso y hacer frente a las presiones devaluatorias de un mercado cambiario desdoblado en múltiples cotizaciones y con grandes restricciones de acceso. El acuerdo cerrado con China le permite ampliar el magro colchón de reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina, que está en mínimos por la caída de recaudación asociada a las pérdidas de la agroindustria, de hasta 20.000 millones de dólares producto de una sequía sin precedentes.
Argentina no tiene acceso al crédito internacional y la estrategia de financiar el rojo fiscal con la emisión de moneda ha disparado la inflación. El IPC interanual ya supera el 100% y las previsiones para este año crecen hasta un 120%. El Gobierno necesita imperiosamente de divisas para manter el valor del peso, al menos hasta las elecciones presidenciales de octubre.
En pararelo con las negociaciones con China, la Casa Rosada mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el adelanto de unos 10.000 millones de dólares previstos en el acuerdo de refinanciación de la deuda de 45.000 millones asumida por Mauricio Macri en 2018. Cualquier acuerdo con el Fondo necesita del apoyo de EEUU, pero también de China.
El principal objetivo de China es posicionar al yuan como moneda de intercambio internacional y ganarle terreno al dólar. Hace un mes, los dos gobiernos ya firmaron un acuerdo para que Argentina dejase de pagar las importaciones procedentes del país asiático en la divisa estadounidense y lo hiciese en yuanes. “El tramo activado del swap entre el BCRA y el Banco del Pueblo de China puede servir para otorgar liquidez a las operaciones financieras que se hagan en la moneda yuan”, informó el Banco Central argentino en un comunicado.
A lo largo de la semana de visita oficial en Pekín, el ministro de Economía ha anunciado también acuerdos de inversiones, entre ellos el desembolso para reanudar las obras de las represas hidroeléctricas de la provincia argentina de Santa Cruz, en la Patagonia.
El éxito del viaje de Massa a China contrasta con el realizado por el presidente argentino, Alberto Fernández, unas semanas atrás a Brasil. Fernández buscaba obtener algún tipo de acuerdo similar al de China para reemplazar al dólar en los intercambios comerciales entre los dos grandes socios del Mercosur. Se fue de allí con palmadas en el hombro, pero las manos vacías.