Vehículos militares chinos que transportan misiles balísticos DF-26 durante un desfile militar. (Foto: Reuters)
China asegura que no teme involucrarse en una confrontación con EE.UU., aunque aboga por establecer una cooperación a base de intereses de ambas partes.
“Si hay confrontación, entonces [China] no la temerá y luchará hasta el final”, ha asegurado el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, durante un discurso pronunciado este lunes y publicado por el sitio web de la Cancillería del país.
Wang ha señalado que los problemas actuales en las relaciones entre EE.UU. y China se deben a “juicios estratégicos erróneos” de Washington.
En otro momento de sus declaraciones, el jefe de la Diplomacia china ha reafirmado la determinación de Pekín de seguir defendiendo el principio de ‘una sola China’, ratificando que el país no renunciará al rechazo de la agenda del separatismo promovida por Taiwán con el apoyo de Estados Unidos.
Tras llamar a Taiwán un “vagabundo” que “confía en los Estados Unidos para [lograr] la independencia”, Wang ha alertado que EE.UU. y otros países tratan de “usar a Taiwán para controlar a China”.
Un informe explosivo predice cómo sería una guerra entre Estados Unidos y China en 2030, ya que los dos países mantienen “amenazas” de enfrentamiento serias.
Conforme ha advertido, las “acciones perversas” socavan la paz en el estrecho de Taiwán, y ante esta tesitura, ha agregado, China ha tomado “contramedidas enérgicas” para “escandalizar la arrogancia” de quienes buscan la independencia de la isla.
Después de una cita virtual celebrada a principios de noviembre entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, los medios estatales del gigante asiático informaron que Xi había advertido a Biden que alentar la independencia de Taiwán sería “jugar con fuego”.
De hecho, el tema de Taiwán y el apoyo militar y político que brinda EE.UU. a la isla ha sido uno de los focos de las tensiones entre los dos rivales, lo que ha llevado a Pekín a realizar frecuentes maniobras militares en sus aguas territoriales, ante un EE.UU. que defiende lo que da en llamar la libertad de navegación en la misma región.
Entretanto, Washington se ha puesto en alerta máxima, dados los avances de Pekín en desarrollar equipos militares y armas, concretamente los misiles hipersónicos.
A su vez, EE.UU. también trabaja en armas hipersónicas, pero varias voces nacionales han manifestado preocupación por que el país norteamericano se quede atrás de China en la consecución del referido tipo de armas.
