El viceministro chino de Exteriores, Ma Zhaoxu, su homólogo iraní, Kazem Gharibabadí, y el ruso, Sergei Ryabkov, se han reunido este viernes en Pekín para discutir el programa nuclear iraní, una cita marcada por la escalada de tensiones entre Teherán y Washington. Los tres mandatarios han pedido “poner fin a todas las sanciones unilaterales ilegales” y crear “una atmósfera favorable” para la diplomacia.
Según recogió la agencia estatal Xinhua, las tres partes afirmaron que “el diálogo basado en el respeto mutuo” es la “única solución viable” y que hay que “abandonar las sanciones, la presión y las amenazas”, en velada referencia a Estados Unidos.
Los tres países destacaron que “todas las partes” deben “trabajar para eliminar las causas profundas existentes detrás de la situación actual”, así como “abandonar las sanciones, la presión y las amenazas”. El mismo viernes, Irán condenó las nuevas sanciones estadounidenses contra su industria petrolera y aseguró que son una prueba de la “deshonestidad” de Washington, que insiste en negociar pero continúa con la política de “máxima presión” contra Teherán.
Estados Unidos impuso este jueves nuevas sanciones contra el ministro iraní de Petróleo, Mohsen Paknejad, entidades que han distribuido crudo iraní a China y buques que participan en transferencias de hidrocarburos en alta mar. En la cita trilateral de este viernes, los viceministros subrayaron también la importancia de respetar la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU con la que se consagró el acuerdo nuclear de 2015 con Teherán así como su “marco temporal”.
Asimismo, pidieron “evitar acciones que agraven la situación” y reafirmaron la importancia de mantener el Tratado de No Proliferación Nuclear “como piedra angular del sistema internacional”.
En la reunión, China y Rusia celebraron “la reafirmación por parte de Irán del carácter pacífico de su programa nuclear y su abstención de desarrollar armas nucleares“, indicó Xinhua.
Asimismo, elogiaron “el compromiso de Irán de cumplir plenamente las obligaciones del Tratado” y mostraron su apoyo a “la política iraní de cooperar con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)”. “Subrayamos la necesidad de respetar plenamente el derecho de Irán al uso pacífico de la energía nuclear como Estado Parte del Tratado“, destacaron.
Al tiempo, las tres partes aseveraron que “ningún país debe adoptar medidas que socaven el desempeño profesional, objetivo e imparcial de la OIEA en el desempeño de sus funciones”, y acordaron “seguir manteniendo la comunicación” respecto a la cuestión nuclear iraní.
El diálogo trilateral se produce en un contexto de alta tensión con Washington, que ha reactivado su política de “máxima presión” sobre Irán con nuevas sanciones destinadas a frenar su venta de petróleo. El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró la semana pasada que envió una carta a Teherán instando a la reanudación de negociaciones, aunque el líder supremo iraní, Alí Jameneí, rechazó cualquier diálogo con “países prepotentes”.
A su vez, el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, reafirmó que Teherán “no negociará bajo presión ni intimidación” y que solo considerará un acuerdo “basado en el respeto mutuo”. En paralelo, Irán ha mantenido conversaciones en Ginebra con Alemania, Francia y Reino Unido, aunque sin avances significativos.
Por su parte, el Kremlin ha reiterado su compromiso de facilitar una salida negociada y ha advertido que las sanciones y amenazas de EE.UU. podrían cerrar la posibilidad de un acuerdo. China y Rusia buscan consolidarse como mediadores en un proceso donde Occidente ha endurecido su presión. En este contexto, Pekín apuesta por una desescalada, pero también ha reforzado su cooperación con Teherán a nivel comercial y energético, mientras que Moscú es un aliado clave del país persa en la escena internacional.
Mientras, el OIEA ha confirmado que Teherán ya acumula 274 kilos de uranio enriquecido al 60 %, acercándose al umbral de uso militar. Además, habría acelerado significativamente su programa nuclear en los últimos meses, multiplicado por cuatro su ritmo de enriquecimiento de uranio al 60 % y reducido la cooperación con los inspectores del OIEA.
En un encuentro previo por separado con su par iraní, Ma reconoció que China concede “gran importancia al desarrollo de sus relaciones con Irán” y que Pekín está dispuesto a “trabajar con Irán” y a “apoyar firmemente los intereses fundamentales de la otra parte”, recogió anoche la cartera de Exteriores en un breve comunicado.
Según el texto, ambas partes “intercambiaron opiniones” sobre la cuestión nuclear iraní, tras lo cual Ma aseveró que China mantendrá “una postura objetiva y justa” y que “promoverá activamente la paz y el diálogo”.
“Seguiremos desempeñando un papel constructivo en la promoción de una solución política a la cuestión nuclear iraní“, recalcó Ma.
Por su parte, Gharibabadí valoró “altamente” el “papel constructivo de China” a la hora de promover el diálogo y se mostró “dispuesto a fortalecer la comunicación y la coordinación con China para promover una solución política”, según el texto divulgado por las autoridades chinas.