Tenía 34 años cuando obtuvo una beca del programa ‘Yale World Fellows’, una iniciativa de la Universidad de Yale (EE UU) concebida para “crear una red global de líderes emergentes y facilitar el entendimiento internacional”. Pero en el camino de Alexei Navalni para serlo, para ser líder de su país, se cruzó Vladimir Putin. Y las cosas se torcieron… mucho.
Navalni vive hoy en prisión. El 2 de febrero de 2021 fue condenado por violar los términos de una sentencia por fraude de 2014. Pero es bastante seguro que el futuro del líder de la oposición rusa -como le dice buena parte de la prensa occidental- sea seguir entre rejas. Este lunes comienza otro juicio contra él, esta vez por cargos de “extremismo”, cargos que podrían suponerle décadas de años en prisión.
Navalni, de 47 años, cumple actualmente una condena de nueve años de prisión por cargos de malversación de fondos que sus partidarios consideran un castigo por su labor política. Fue detenido en 2021 a su regreso de Alemania, donde el año anterior se recuperó de un ataque con veneno del que culpó al Kremlin.
El nuevo proceso contra Navalni es el primer caso formalmente político contra él. Se le acusa, entre otros delitos, de financiar actividades extremistas, incitar públicamente esas actividades y “rehabilitar la ideología nazi”.
Esa es la síntesis de las 3.828 páginas (196 vólumenes) que han redactado los fiscales de Putin describiendo todos los delitos que presuntamente ha cometido, que suponen la violación de siete artículos del código penal al mismo tiempo. “Se le juzga por su labor política”, asegura Kira Yarmysh, portavoz de Navalni. Pero el propio político dijo en abril que se le había comunicado que sería juzgado por un tribunal militar por cargos de “terrorismo”.
El opositor a Putin prefiere tomárselo con humor. “Por el tamaño de los tomos está claro que soy un delincuente sofisticado y persistente. Es imposible averiguar de qué se me acusa exactamente”, ha declarado. Pero la cosa es muy seria: se enfrenta a otros 30 años entre rejas o incluso a cadena perpetua.