El ataque armado de dos palestinos ha causado la muerte de cuatro israelíes y heridas a otros cuatro este martes en una gasolinera cerca del asentamiento Eli en Cisjordania.
Ante el creciente aumento de atentados y especialmente tras el de este martes, se multiplican las voces en Israel, incluido en el Gobierno, a favor de una amplia ofensiva militar en el feudo de las milicias en el norte de Cisjordania. Al mismo tiempo y mientras la Autoridad Nacional Palestina (ANP) responsabiliza a Israel de la escalada del último año, Yihad Islámica y Hamas aplauden el ataque señalando que es parte de la respuesta a la incursión militar en Yenin que el lunes acabó con choques armados y la muerte de seis palestinos por disparos de las fuerzas israelíes.
Pasadas las cuatro de la tarde, dos miembros del brazo armado de Hamas llegaron a la gasolina cerca de Eli con un coche robado con matrícula israelí, abrieron fuego en el restaurante y en sus afueras y asesinaron a cuatro civiles israelíes (tres jóvenes de 17, 18 y 21 años y un hombre de 63). Uno de los atacantes fue abatido por un ciudadano que iba armado. El otro palestino logró huir pero dos horas después fue localizado y abatido cerca de Nablus en una operación del ejército y la unidad antiterrorista de la Policía.
Mientras las cadenas de televisión emitían la imagen, tomada por la cámara de seguridad del lugar, de los dos palestinos armados, los altavoces de la colonia adyacente difundían el mensaje “Alerta de penetración de terroristas” solicitando a los habitantes no salir de sus casas. “Estamos hartos de los atentados terroristas palestinos que son incesantes y sangrientos. No hay más remedio que un Escudo Defensivo II”, pidió el responsable de Eli, Ariel Elmaliaj, en alusión a la masiva ofensiva lanzada en 2002 por el ejército en Cisjordania tras los atentados suicidas en la Segunda Intifada (2000-2005).
Ante la ola de atentados y debido a la composición de su ultraconservadora coalición que ganó las elecciones en noviembre en parte debido a sus promesas de “mano dura ante el terror” y devolver la seguridad a los ciudadanos”, la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu es cada vez mayor para lanzar una ofensiva a gran escala en el norte de Cisjordania donde destaca también la ausencia de las fuerzas de seguridad de la ANP. De momento, Netanyahu y el Ejército prefieren seguir con las redadas casi diarias.
“Todas las opciones están abiertas. Seguiremos luchando contra el terrorismo con toda la fuerza y lo doblegaremos”, declaró Netanyahu que añadió: “En los últimos meses, ya hemos demostrado que ajustamos cuentas con todos los asesinos, sin excepción. Todos los que nos dañaron están en la tumba o en prisión”.
Tras el atentado, grupos de colonos encapuchados lanzaron piedras contra varios vehículos (y quemaron algunos), casas y otras propiedades de palestinos en Cisjordania causando varios heridos y la condena de la ANP que denunció “sus continuas agresiones”. Tres de ellos fueron detenidos por la policía israelí en las afueras de una aldea en la zona de Nablus.
Los organismos de seguridad israelíes se encuentran en máxima alerta especialmente en el territorio cisjordano ocupado en la guerra del 67. Según el servicio de seguridad interno (Shabak) hay alrededor de 180 alertas de atentados palestinos. El que no pudieron evitar este martes en el centro de Cisjordania tuvo lugar 24 horas después de que seis palestinos murieron -en su mayoría efectivos armados de Yihad Islámica pero también un adolescente de 15 años- y 90 resultaron heridos en la redada israelí para detener a dos miembros buscados de Hamas y Yihad. Siete soldados resultaron heridos a raíz de los disparos palestinos y la explosión de artefactos contra sus vehículos en su salida de la zona de Yenin.
Tras la incursión en el que por primera vez desde la Segunda Intifada el ejército israelí usó un helicóptero Apache para ayudar a realizar la evacuación bajo fuego, el liderazgo palestino en Yenin y Nablus combinaba la euforia por haber alcanzado vehículos militares y los llamamientos de venganza por la muerte de los suyos.
“Damos la bienvenida a la acción heroica en la carretera entre Ramala y Nablus y la consideramos una reacción natural a los crímenes de Israel contra el pueblo palestino. Las amenazas no nos asustan y la resistencia está preparada ante cualquier escalada”, señaló el portavoz de Yihad Islámica, Tarek Salami mientras el de Hamas, Hazem Qassem también lo relacionaba a Yenin y prometía: “La revolución no se detendrá hasta que nuestro pueblo logre la libertad e independencia”.
“Los terroristas no encontrarán un refugio seguro, ni en Jenin, ni en Nablus ni en Gaza”, añadió el titular de Defensa israelí, Yoav Gallant, que no descartó ninguna posibilidad aunque no se refirió de forma directa a una posible operación militar a gran escala como exigen varios ministros. El más visceral fue una vez más el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir que acudió al lugar del atentado y que , también una vez más, no fue convocado para participar en la reunión de Netanyahu y Gallant con los jefes de los organismos de seguridad siendo además muy criticado por fuentes del Gobierno. En la reunión, se decidió reforzar la presencia de tropas en las carreteras de Cisjordania y aumentar las incursiones contra milicias en el norte de Cisjordania.