El director del Instituto Pasteur de Irán, Alireza Biglari
Cuba concede la Orden Carlos J. Finlay al destacado científico iraní, Alireza Biglari, por su aporte al desarrollo de la cooperación científica entre La Habana y Teherán.
A propuesta de la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente cubana, Elba Rosa Pérez, el Gobierno de Cuba confirió la Orden Carlos J. Finlay, la más alta que concede la isla en el ámbito de la ciencia, al director del prestigioso Instituto Pasteur de Irán.
La Habana resaltó las contribuciones del experto iraní en el perfeccionamiento de acuerdos de transferencia tecnológica de vacunas de la nación caribeña, así como en el desarrollo de la biotecnología y la actividad científica de ambos países, según informó el martes la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
La Orden valoró también la destacada labor científica de Biglari y su cooperación con el Instituto Finlay de Vacunas (IFV) de Cuba en el desarrollo de la vacuna contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, denominada Soberana 02, gracias a un acuerdo firmado en enero entre ambos países.
El pacto, suscrito por el Instituto Pasteur y el IFV, dio lugar a la realización del ensayo clínico fase III de la vacuna Soberana 02 en Irán, y luego el fármaco obtuvo autorización para el uso de emergencia en el país persa a finales de junio.
Cooperación Irán-Cuba para fabricar vacuna anti-COVID-19 es una señal fuerte y clara para EE.UU. de que sus sanciones no paralizarán ningún país independiente.
Según ACN, la cooperación entre ambos países ha permitido además una reciprocidad de conocimientos académicos, en tanto abre la posibilidad de un intercambio comercial significativo.
El director general del IFV, el doctor Vicente Vérez Bencomo, visitó a finales de julio Teherán para sostener encuentros con Biglari y algunos otros responsables de alto rango iraníes, entre ellos el canciller Mohamad Yavad Zarif y el ministro de Salud, Said Namaki.
En Teherán, Vérez Bencomo destacó que la coproducción Cuba-Irán, Soberana 02 o PastuCovac (como se conoce el fármaco en Irán), cumple todas sus expectativas, incluida la prevención de infecciones y la producción de anticuerpos en la célula, y es eficaz contra mutaciones del virus.
La cooperación entre Teherán y La Habana en la producción de vacunas se lleva a cabo mientras que ambos países son blancos de presiones y sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, lo que ha dificultado la lucha de los dos Estados contra la crisis sanitaria.