La OTAN y los miembros de la alianza “aportan una ayuda sin precedentes a Ucrania. Lo hemos hecho desde 2014 (…) Pero no hay planes de enviar tropas de combate al terreno en Ucrania”, dijo este funcionario.
La misma fuente añadió que se trata de “una guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, que viola descaradamente el derecho internacional”.
Según el derecho internacional, agregó, “Ucrania tiene el derecho a la legítima defensa y nosotros tenemos derecho a apoyarla. Eso es lo que los aliados [miembros] de la OTAN están haciendo y seguirán haciendo”.
La frase de Macron provocó numerosas reacciones. El gobierno de Rusia advirtió que un eventual envío de tropas a Ucrania “no le conviene” a los países occidentales.
“No le conviene para nada a esos países, y deben ser conscientes de ello”, dijo el portavoz del gobierno ruso, Dimitri Peskov, quien añadió que el simple hecho de plantear esa posibilidad supone “un nuevo elemento muy importante” en el conflicto.
Peskov señaló que el Kremlin es “consciente de la posición de Macron sobre la necesidad de infligir una derrota estratégica a Rusia”.
El Kremlin advirtió que el conflicto entre Rusia y la alianza militar de la OTAN sería inevitable si miembros europeos de la organización envían soldados a luchar en Ucrania.
La guerra en Ucrania ha desencadenado el peor trance en las relaciones de Rusia con Occidente desde la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962 y el presidente Vladímir Putin ya había avisado de los peligros de un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia.