Miembros del grupo de CodePink protestan contra las sanciones de EE.UU. contra Irán en Washington D.C., 11 de marzo de 2020.
Las sanciones de EE.UU. no cambiaron el sistema de gobierno en Irán, tampoco afectaron su programa de misiles ni su influencia regional, resalta un informe.
Mediante un informe analítico publicado el domingo en el diario estadounidense Los Angeles Times, Gregory Treverton, expresidente del Consejo Nacional de Inteligencia (NIC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, en referencia a la fracasada política de máxima presión de Washington contra Irán, declara que la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos es más bien la expresión de sus “propias rabietas” puesto que no sirven para nada.
“La política exterior estadounidense, que se caracteriza por las sanciones, repite el mismo patrón una y otra vez”, dice el experto para luego precisar que Washington impone sanciones a un Gobierno que considera “despilfarrador”, pero la verdad es que sus medidas empobrecen a la población y luego espera que la misma gente le agradezca este comportamiento.
El enviado especial de EE.UU. para Irán, Robert Malley, reconoce que la campaña de ‘máxima presión’ estadounidense contra Teherán ha sido un total fiasco.
La nota señala a Cuba como otro ejemplo de la fracasada política de sanciones de EE.UU. y recalca que, antes de que Washington imponga sanciones, “que a menudo reflejan su propia ira”, como condición previa, tiene que considerar si tendrá algún resultado diferente.
Desde que el expresidente estadounidense Donald Trump salió en 2018 del acuerdo nuclear con Irán, EE.UU. lleva a cabo una campaña de ‘máxima presión’ contra el país persa en un intento de lograr un pacto más amplio que abarque otros temas como el programa convencional de misiles iraní.
De hecho, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también reconoce que la llamada política de ‘máxima presión’ de Donald Trump no solo no funcionó, sino que agravó la situación.
Las autoridades iraníes, así como distintos expertos, afirman que las medidas unilaterales y de presiones ilegales del Gobierno estadounidense contra la República Islámica han fracasado, pues no han logrado ninguno de sus objetivos y solo han conducido a un mayor aislamiento del país norteamericano en la esfera internacional.