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Internacional

Día de la Victoria: Lucha contra los nazis ayer y hoy

El 9 de mayo del año 1945, el ejército rojo soviético concretó su victoria contra el nacionalsocialismo. Un triunfo que costó la vida de 26 millones de ciudadanos de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) principalmente rusos.

Estos, ofrendaron su vida para la libertad de su patria y Europa, contra un régimen, que se había impuesto a sangre y fuego entre los años 1939 y 1945 generando una de las guerras más mortíferas que haya conocido la humanidad. Han transcurrido setenta y siete años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (SGM) o Gran Guerra Patria como la denomina el pueblo ruso (1) cuyo gobierno, como ha sido tradicional, ya sea bajo la ex URSS o la actual federación, conmemoró tal fecha con un monumental desfile en la Plaza Roja de Moscú. Hoy, en este año 2022, este desfile se ha realizado en el marco de la guerra de Rusia destinado a desnazificar y desmilitarizar a Ucrania, su vecino aliado de occidente y que se ha convertido en parte de la estrategia de cerco contra el país euroasiático. Una práctica que tiene, como eje principal, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia la frontera occidental rusa.

La enraizada revista militar ruso, con 11 mil efectivos militares, carros de combate, tanques, blindados, sistemas de misiles fueron parte de la muestra del poderío militar ruso, que generó un sinfín de conjeturas, surgidas, esencialmente, de los medios de información occidentales. Estos señalaron que esta era la fecha, por su connotación simbólica, en la cual el gobierno de Putin, declararía la guerra oficial a Ucrania o que se concretaría la toma definitiva de Mariúpol, entre otras ideas que trataron de colocar como elemento central de análisis: que la llegada de esta fecha, sin poder derrotar a las fuerzas ucranianas, era la muestra más evidente del fracaso militar de la operación militar rusa iniciada el 24 de febrero de este año 2022.

Indudablemente, esta es una visión interesada y repetida hasta el hartazgo por gran parte de las cadenas informativas occidentales, ya sea en sus variantes radiales, impresas, televisivas, como también redes sociales, en una campaña de rusofobia con noticias falsas (Fake News). El Uso coordinado de acciones políticas, diplomáticas, operaciones sicológicas propias de una guerra híbrida, como no se había experimentado desde las operaciones militares en la invasión a Afganistán, Irak o Libia. Para esta demonización de Rusia se han prestado gobiernos, artistas, medios de desinformación y manipulación, redes sociales, el mundo deportivo en una operación calculada, masiva, pero tremendamente hipócrita, pues en ninguna de las guerras de agresión de Occidente contra Libia, Siria, Irak, Afganistán, por citar aquellas donde Washington y la OTAN han tenido un papel central, se había expresado tal muestra lloriqueante y lastimera.

Como tampoco en aquellas guerras, desestabilizaciones y/o agresiones donde los aliados de occidente, como es el caso del régimen sionista, ocupa y coloniza Palestina desde el año 1948 a la fecha, en un proceso de características similares al generado por el Tercer Reich contra los países que ocupó y colonizó durante los años del nazismo. Una Palestina donde se han conformado dos grandes campos de concentración como son la Franja de Gaza y Cisjordania. Igual proceso de ceguera, sordera y mudez frente al régimen wahabita, que agrede a Yemen desde el año 2015 ocasionando más de 350 mil muertos y la mayor crisis humanitaria del mundo: Sumemos a la monarquía marroquí, que domina y avasalla el territorio del pueblo saharaui desde el año 1975 hasta hoy, sin que exista, en ninguno de estos hechos violatorio del derecho internacional y los derechos de millones de hombres, mujeres y niños ese rasgar vestiduras o llamar al mundo a castigar a estas entidades criminales. Esa conducta,  simplemente no existe.

Es la hipocresía máxima, teñida de racismo pues cuando se trata de ucranianos blancos, europeos, cercanos a las posiciones hegemónicas occidentales todo el aparataje político y comunicacional se moviliza. Una clara diferencia pues cuando las víctimas, por millones, son negros, latinos, árabes, para ellos no hay luces y menos aún los colores de sus banderas iluminan los hitos monumentales de las capitales europeas. Para sirios, palestinos, iraquíes, libios, entre otros, no tendremos la presencia mediática de cantantes como Bono, actrices como Angelina Jolie visitando sus ciudades destruidas. No se expresa la FIFA contra los crímenes del sionismo en Palestina,  con mensajes contra el apartheid en los estadios y transmisiones. Existe una mirada para blancos, europeos, occidentales y otra para ese mundo despreciado por los que vociferan sobre el respeto a los derechos humanos, pero apoyan a organizaciones claramente nacionalsocialistas del régimen de Kiev y sus batallones nazistas como el batallón Azov, batallón Dnipro, batallón Aidar, Pravy Sektor, Batkivshchyna , entre otros responsables de la tortura y asesinato de prisioneros de guerra rusos. Adicionemos también el exterminio de la población rusoparlante del Donbás, que desde el año 2014 a la fecha han sufrido la muerte de 15 mil de sus habitantes a manos de las tropas nazis ucranianas.

Una Europa que hoy ataca todo lo que sea ruso, que ocupa a sus testaferros polacos, para así agredir a diplomáticos de la federación rusa, que violenta los monumentos y profana las tumbas de los soldados rusos caídos en la liberación de esa Polonia que invisibiliza su pasado situándose en la campaña de rusofobia más abyecta que haya vivido ese continente. Una Europa, principalmente aquella fronteriza con Rusia, cuyos gobiernos se han dejado seducir por los cantos de sirena de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y una Unión Europea que tiene a esos países menos desarrollados como suministradores de mano de obra, materias primas y freno a procesos migratorios. Países que sueñan con los oropeles de la Europa conducida por Francia y Alemania, principalmente.  Una Europa falta de soberanía y dignidad, cuya política exterior tiene evidente sello estadounidense, que han elevado su aporte a la OTAN en proporciones dictadas precisamente por Washington y que han debido hipotecar su propio mercado energético con Rusia a favor de los intereses de los grupos de presión energéticos norteamericanos.

Esa Europa cruzada de gobiernos sometidos, vasallos, donde la ultraderecha ha obtenido réditos importantes con el discurso antiinmigrante, dominado por el unilateralismo de la política estadounidense. Una Europa ultraderechista donde las posiciones cercanas al nacionalsocialismo han reflotado con enorme peligrosidad, impulsadas, en el caso de Ucrania, desde el año 1991 por Washington y sus instituciones desestabilizadoras, así reconocido por la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Asuntos Europeos quien “Estados unidos ha invertido cerca de 5.000 millones de dólares en Ucrania desde 1991, desde que se convirtió en un Estado independiente después de la desintegración de la Unión Soviética. Este dinero se ha gastado para apoyar las aspiraciones del pueblo ucraniano, que quiere tener un gobierno fuerte y democrático que represente sus intereses”, aseguró Nuland a la cadena CNN en febrero del año 2014 (2). Un par de meses después de ser derrocado el presidente Viktor Yanukovich. Dinero que financió grupos Pro Otanistas y Pro Europeistas, entre ellas organizaciones nazis.

Hoy como ayer el pueblo ruso se enfrenta a la amenaza nazi, la diferencia radica en que el régimen del ex comediante y actual presidente ucraniano Volodímir Oleksándrovich Zelenski y su gobierno cuentan con el apoyo de esa Europa, que se olvidó del peligro del nacionalsocialismo y un Estados Unidos que juega sus cartas de dominio no importando si ello significa consolidar regímenes, que a poco andar generarán enormes tensiones sociales y amenazas a sus propias poblaciones. Rusia no está equivocada en la búsqueda de obtener las garantías de seguridad exigidas desde el año 1991. No está equivocado el mandatario Vladimir Putin en definir al régimen de Kiev como un peligro para la Federación rusa. Y, por otro lado, es tal el giro ideológico de la alianza Estados Unidos- Europa que hoy, tal coalición, ha concretado un multimillonario apoyo económico y militar a favor de Kiev, que en sólo en poco más de dos meses ha entregado 15 mil millones de dólares, para afianzar su posición en Ucrania, como parte de su objetivo de cerco contra la Federación rusa. La lucha en Ucrania hoy tiene un sello anti nazista evidente, por más que los medios de información occidentales pretendan ocultarlo. Por ello, el desfile militar, en este 9 de mayo en Moscú, ha sido un recordatorio que ese combate contra el nazismo, así como contra el sionismo, el wahabismo y otras ideologías criminales, no ha terminado.

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En Rusia se denomina como ‘Gran Guerra Patria’ al período de la Segunda Guerra Mundial que va desde la invasión nazi de la URSS, que comenzó el 22 de junio de 1941 y se prolongó hasta la caída de Berlín, y la capitulación de Alemania, el 9 de mayo de 1945. Se estima que en esos cuatro años de conflicto perdieron la vida más de 26 millones de soviéticos. https://actualidad.rt.com/actualidad/429171-video-rusia-conmemorar-dia-victoria-gran-guerra-patria

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