El durián, la controvertida fruta sujeta a restricciones en el transporte y los hoteles de varios países debido a su fuerte olor, llega a desempeñar un papel importante en la diplomacia asiática, revela un artículo publicado este domingo por South China Morning Post.
En medio de su creciente rivalidad con EE.UU., China prometió a los países productores de durián, vecinos estratégicamente importantes del gigante asiático, comprarles mayores cantidades de esta fruta en un esfuerzo por consolidar lazos con ellos, indica el medio.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, incluso entregó una mención especial al ‘rey de las frutas’ —como se llama coloquialmente al durián—, durante su reciente visita a Kuala Lumpur, la capital de Malasia.
“Esta mañana, tuvimos un almuerzo de trabajo juntos y mi querido amigo me sirvió el pastel ‘maoshanwang’, que es tan delicioso y estoy muy impresionado“, dijo Wang en referencia a su par malasio, Saifuddin Abdullah, en una rueda de prensa conjunta el martes pasado. El plato al que se refirió el canciller chino estaba elaborado con una de las variedades de este exótico producto, explica el periódico. Wang también dijo que su país está “listo para importar más aceite de palma, frutas tropicales y otros productos agrícolas” de Malasia.
Un día después, en la ciudad de Nanning, al sur de China, Wang acogió al viceprimer ministro de Vietnam, Pham Binh Minh, y las dos partes anunciaron un acuerdo para permitir que el durián vietnamita se exporte al mercado chino después de casi cuatro años de negociaciones. Wang comentó que Pekín “da importancia al interés de Vietnam en aumentar las exportaciones de productos agrícolas y pesqueros a China”.
El gigante asiático ya es el mayor socio comercial de Vietnam al comprar alrededor del 70 % de sus frutas y verduras, según el Ministerio de Agricultura vietnamita. En julio, Vietnam comenzó a exportar maracuyá a China y puede convertirse su segundo proveedor de durián fresco, después de Tailandia.
No obstante, hace unos días Pham Binh Minh se mostró frustrado por el “lento progreso” en la apertura de los mercados chinos a los productos agrícolas vietnamitas. Hanói criticó también como excesivo el cierre de las fronteras ante un brote de covid-19 en diciembre pasado, teniendo en cuenta que la reapertura se produjo varios meses después.
“Una influencia estratégica”
El estrechamiento de los lazos comerciales entre China y Vietnam, uno de los críticos más abiertos de los reclamos de Pekín en el mar de la China Meridional, podría fortalecer la posición de Pekín, sostiene Le Hong Hiep, miembro principal del Programa de Estudios de Vietnam del Instituto Yusof Ishak (ISEAS) en Singapur.
“Cuanto más pueda vender Vietnam a China, menos dispuesto estará Hanói a alterar su relación con Pekín”, señaló el experto. “Esto puede ser algo significativo para China, dado que Estados Unidos actualmente está intensificando sus esfuerzos para alejar a Vietnam y a los países regionales de Pekín”, agregó.
De acuerdo con Le, “sigue existiendo una sospecha persistente en Vietnam de que China puede estar utilizando el comercio fronterizo como una herramienta para ejercer una influencia estratégica en el país”. “Como tal, si bien Vietnam desea mantener un comercio transfronterizo estable con China, Hanói también quiere asegurarse de que Pekín no lo utilice como una herramienta de coerción económica”, explicó el experto.
Entre tanto, China también ha estado hablando con Camboya y Filipinas sobre la importación de durián. A principios de este mes, comenzó un programa piloto para importar durianes congelados de Camboya con la llegada del primer lote de 50 toneladas.