MONTEVIDEO (Sputnik) — Los gobiernos de todos los países, en especial los del Mercado Común del Sur (Mercosur), deben salvaguardar la institucionalidad democrática en Bolivia, opinó el diputado opositor uruguayo Daniel Caggiani en diálogo con Sputnik.
“Creo que es necesario que los gobiernos de todos los países, más allá de su visión ideológica, tengan una especial mirada para que en Bolivia se encauce todo de manera democrática. Creo que el Mercosur tiene un papel fundamental en ese sentido”, dijo el legislador del Frente Amplio (centroizquierda) sobre los dichos del presidente boliviano, Luis Arce, esta semana en la cumbre del Grupo de Puebla en México.
El presidente de Bolivia pidió a ese foro político y académico de la izquierda latinoamericana que analice los “intentos de desestabilización de derecha” que se están realizando en su país.
“Tenemos preocupación desde Bolivia de lo que está ocurriendo en La Paz. Luego de haber ganado con el 55% de la votación hace un año, hay una reagrupación de la derecha que está intentando nuevamente reeditar las viejas acciones que evidenciamos en el país en 2019”, afirmó Arce.
El mandatario se refiere a que el 8 de noviembre varios sectores sociales y comités cívicos regionales liderados por la oposición comenzaron un paro indefinido, que continuó por varios días, en rechazo de la ley contra el lavado del dinero que propuso el Gobierno.
Bolivia y el Mercosur
Caggiani cree que el Mercosur, integrado por Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, debe salvaguardar la democracia en Bolivia porque este país “es un Estado asociado y, además, en proceso de ingreso (…), solamente falta que su ingreso tenga aprobación del Senado brasileño”.
Agregó: “Es importante que el conjunto de países que integran el Mercosur tengan una acción especial de cuidado y salvaguarda de la institucionalidad democrática en Bolivia”.
Entre los líderes regionales opositores que respaldaron públicamente la convocatoria al paro en Bolivia del mes pasado se destacan el gobernador de Santa Cruz (Bolivia, este), Luis Fernando Camacho, y el alcalde de La Paz, Iván Arias, ambos aliados de la expresidenta transitoria Jeanine Áñez (2019-2020).
Camacho encabezó en 2019, como presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, las protestas que culminaron en el golpe de Estado y relató luego, en declaraciones reproducidas por medios locales, cómo su padre gestionó el apoyo militar y cómo él mismo acordó con otros dirigentes el derrocamiento de Evo Morales (2006-2019).
Durante la crisis de 2019, Camacho llamó abiertamente al derrocamiento de Morales, ingresó al Palacio de Gobierno llevando una Biblia y tras la caída del indígena socialista logró que algunos de sus colaboradores se integren al gabinete de la presidenta transitoria Áñez.