RÍO DE JANEIRO — El director del Instituto Butantan de Sao Paulo, Dimas Covas, que llegó a un acuerdo para importar y fabricar en Brasil vacunas contra el COVID-19 del laboratorio chino Sinovac, explicó en el Senado que la postura contraria del presidente Jair Bolsonaro retrasó la llegada de vacunas al país.
“Desgraciadamente las conversaciones [con el Ministerio de Salud] no siguieron adelante porque hubo una manifestación del presidente de la República en ese momento diciendo que la vacuna no sería incorporada, que ese proceso no progresaría”, afirmó Covas, que admitió que las palabras de Bolsonaro causaron “frustración” en el Butantan.
En octubre del año pasado, el Ministerio de Salud del Gobierno federal y el Instituto Butantan iban a anunciar la firma del contrato para la adquisición de las vacunas, pero el proceso se ralentizó cuando Bolsonaro dijo que “jamás” compraría vacunas de China, según admitió Covas ante la comisión del Senado que investiga los posibles delitos cometidos durante la gestión de la pandemia.
Covas también afirmó que Brasil podría haber sido el primer país del mundo en empezar a vacunar contra el COVID-19, a principios de diciembre del año pasado.
Según su criterio, eso no ocurrió por los “contratiempos” en la negociación del contrato con el Ministerio de Salud y por la demora de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) en la aprobación del uso de las vacunas.
El responsable del Butantan afirmó que a finales de diciembre el instituto ya contaba con 5,5 millones de dosis de la llamada Coronavac listas para ser aplicadas, y otros cuatro millones en proceso.
Sin embargo, aún no había firmado el contrato con el Ministerio de Salud, a pesar de que la primera oferta se hizo seis meses antes, por lo que las vacunas se iban almacenando a la espera de la luz verde del Gobierno.
El contrato con el Ministerio de Salud finalmente se firmó en enero de este año; si se hubiera firmado antes, según Covas, se podrían haber entregado 100 millones de dosis hasta el mes de mayo.
Con las condiciones actuales del contrato, el Instituto Butantan entregó 46 millones de dosis entre enero y mediados de mayo y ahora está empezando a suministrar las dosis del segundo contrato, que prevé otros 54 millones de vacunas.
Covas también explicó que no hubo apoyo financiero del Gobierno federal en el proceso de desarrollo de la vacuna.
En agosto del año pasado, solicitó 80 millones de reales (15,1 millones de dólares) al Gobierno para la realización del estudio clínico en Brasil pero no obtuvo ninguna respuesta positiva.