En medio de tensiones persistentes entre China y EE.UU., el secretario del Departamento de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, concluyó este lunes su visita a la India, donde mantuvo conversaciones con su par Rajnath Singh. Ambas partes se comprometieron a seguir fortaleciendo la cooperación y coproducción en diferentes áreas militares.
“Nos enfrentamos a un mundo que está cambiando rápidamente. Vemos la intimidación y la coerción de China, la agresión rusa contra Ucrania, que pretende redibujar las fronteras por la fuerza y amenaza la soberanía nacional, así como retos transnacionales, como el terrorismo y el cambio climático”, remarcó el jefe del Pentágono tras el encuentro con Singh, citado por el canal NDTV. En esa línea, subrayó que un acuerdo entre Washington y Nueva Delhi ayudará a “garantizar un futuro abierto y próspero para el Indo-Pacífico y el resto del mundo”.
Como resultado de la reunión, Austin y Singh definieron una hoja de ruta para los próximos cinco años, con el objetivo de impulsar la cooperación tecnológica en ámbitos como el combate aéreo, sistemas de movilidad terrestre, inteligencia, vigilancia, reconocimiento, municiones y superioridad submarina.
Desde el Pentágono precisaron que la iniciativa busca “cambiar el paradigma de cooperación” entre los sectores de defensa de ambos países. En particular, incluye propuestas que podrían proporcionar a la nación asiática el acceso a “tecnologías de vanguardia” y contribuir a los planes de modernización del Ejército indio.
Por su parte, el Ministerio de Defensa indio resaltó que las dos partes exploraron vías para construir cadenas de suministro “resistentes” y acordaron buscar oportunidades para el desarrollo conjunto de nuevas tecnologías y la coproducción de sistemas ya existentes.
Buques de China y EE.UU. a punto de colisión
La visita de Austin se produjo en medio del revuelo por un incidente entre dos buques de China y EE.UU., ocurrido el pasado fin de semana en el estrecho de Taiwán. Así, el destructor chino de misiles guiados Luyang III DDG 132 se acercó al destructor estadounidense HMCS Montreal a menos de 140 metros.
Aunque desde Washington aseguraron que el buque chino realizó maniobras “inseguras” y casi provocó una colisión, Pekín afirmó que la actuación de su nave fue “completamente razonable, legal, profesional y segura”.