Los principales países fabricantes de chips, como EE.UU., Corea del Sur y Japón, están formando alianzas cuyo objetivo es en parte asegurar su cadena de suministro de semiconductores y evitar que China produzca semiconductores avanzados y alcance la vanguardia de la industria, informa CNBC. Las nuevas alianzas entre esos y otros países demuestran la importancia de los chips tanto para la economía como para la seguridad nacional.
Los semiconductores son importantes porque están presentes en todas partes: desde los ‘smartphones’, automóviles y frigoríficos hasta la inteligencia artificial o el armamento moderno. Su importancia quedó claramente demostrada con la pandemia de covid, que creó una escasez aún vigente de estos productos.
El mercado de los semiconductores está dominado por la taiwanesa TSMC y la surcoreana Samsung, que han llegado a copar la fabricación de los semiconductores más avanzados del mundo, y que representan cerca del 80% del mercado mundial de fundiciones, es decir, plantas de fabricación de chips. Sin embargo, los gobiernos de todo el mundo quieren asegurar el suministro de chips para sus países. Esto hace que los semiconductores sean importantes desde el punto de vista geopolítico.
La concentración del poder manufacturero en manos de unas pocas economías y empresas crea un riesgo de sostenibilidad empresarial, especialmente en lugares conflictivos como Taiwán, afirma Pranay Kotasthane, presidente del Programa de Geopolítica de Alta Tecnología de la Institución Takshashila, con sede en la India.
“Y como las tensiones entre China y Taiwán han aumentado, existe el temor de, dado que gran parte de la fabricación se realiza en Taiwán, qué pasaría si China lo ocupara o incluso si solo hubiera tensiones” entre Pekín y Taipéi, dice el experto.
Alianzas contra China
Por ese motivo se crean nuevas alianzas que excluyen a China. Ejemplo de ello es el grupo de países Quad, integrado por EE.UU., Japón, India y Australia, y que tiene a los semiconductores como una de sus parte clave. Washington también ha propuesto la alianza Chip 4, que incluiría a Corea del Sur, Japón y Taiwán, todos ellos potencias en la cadena de suministro de semiconductores. Ambas alianzas están diseñadas específicamente para aislar a China de la cadena de suministro mundial.
“En mi opinión, creo que a corto plazo el desarrollo de China en este sector se verá muy limitado [debido a estas alianzas]”, afirma Kotasthane. “A largo plazo, sí creo que [China] podrá superar algunos de los retos actuales […] aunque no podrán alcanzar la vanguardia donde están muchos otros países”, añade.
“El objetivo de todo este esfuerzo es impedir que China desarrolle la capacidad de producir semiconductores avanzados a nivel nacional”, señala por su parte Paul Triolo, responsable de política tecnológica de la consultora Albright Stonebridge.
Sin embargo, existen tensiones entre los aliados, concretamente entre Corea del Sur y EE.UU. China es el mayor importador mundial de chips y, por tanto, un mercado crucial para las empresas de semiconductores. “No todos los aliados de EE.UU. están dispuestos a firmar estas alianzas, […] ya que tienen importantes participaciones tanto en la fabricación en China como en la venta en el mercado chino”, explica Triolo.
También advierte que existe el riesgo de imponer barreras artificiales. Puede “causar importantes daños colaterales a la innovación”, aumentar los costes de los chips y frenar su desarrollo tecnológico.
Fuente: RT China