El gobierno de Biden dice que la difusión de teorías conspirativas por parte de ambos países podría encubrir operaciones militares letales de Rusia
WASHINGTON — Una de las campañas de desinformación más incendiarias de Rusia se intensificó hace días, cuando sus ministerios de Defensa y de Relaciones Exteriores emitieron declaraciones en las que afirmaban falsamente que el Pentágono estadounidense estaba financiando laboratorios de armas biológicas en Ucrania.
A continuación, diplomáticos chinos y medios de comunicación estatales repitieron la teoría de la conspiración en conferencias de prensa en Pekín, en artículos y en cuentas oficiales de redes sociales.
“Ahora que Rusia ha hecho estas afirmaciones falsas, y China aparentemente ha respaldado esta propaganda, todos deberíamos estar atentos a que Rusia posiblemente utilice armas químicas o biológicas en Ucrania, o cree una operación de falsa bandera utilizándolas”, escribió Jen Psaki, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, en Twitter el miércoles por la noche. “Es un patrón claro”.
Calificó las acusaciones de “absurdas” y dijo que Estados Unidos “no desarrolla ni posee ese tipo de armas en ninguna parte”. El Departamento de Estado calificó las afirmaciones de “total disparate” y dijo que Ucrania no tiene laboratorios de armas biológicas. Altos funcionarios de la inteligencia estadounidense reiteraron esos puntos en una audiencia en el Senado el jueves.
El gobierno de Biden y sus aliados europeos y asiáticos se encuentran luchando en una guerra de información contra Rusia y China, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, continúa su ataque militar en Ucrania.
La promoción de la desinformación rusa por parte del gobierno chino en medio de la guerra ha despertado la preocupación de los funcionarios occidentales debido a la poderosa posición diplomática de China y a sus amplias capacidades cibernéticas. Los analistas que estudian la desinformación de ambos países dijeron que era la primera vez que veían esta escala de amplificación entre Pekín y Moscú en torno a una teoría conspirativa.
“No puedo pensar en otra campaña de propaganda activa de Rusia que haya recibido este nivel de impulso por parte de China”, dijo Bret Schafer, quien rastrea la desinformación de China, Rusia e Irán como investigador principal de Alliance for Securing Democracy, un grupo sin fines de lucro de Washington. “No he visto este volumen en torno a algo así”.
Es la última muestra de la alineación estrecha entre Pekín y Moscú, que los dos países dijeron que “no tenía límites” en una declaración de 5000 palabras emitida cuando Putin se reunió con el presidente Xi Jinping de Pekín el 4 de febrero. Por esas fechas, altos funcionarios chinos pidieron a altos funcionarios rusos que no invadieran Ucrania antes de que terminaran los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, según un informe de los servicios de inteligencia occidentales.
A partir del pasado mes de noviembre, funcionarios estadounidenses mantuvieron discretamente conversaciones con funcionarios chinos, entre ellos el embajador en Washington y el ministro de Relaciones Exteriores, para hablar de la información de inteligencia que mostraba el aumento de tropas de Putin para persuadir a los chinos de que dijeran a los rusos que no iniciaran una guerra, pero fueron rechazados, dijeron funcionarios estadounidenses.
William Burns, el director de la CIA, dijo el jueves en la audiencia del Senado que creía que Xi estaba “inquieto” por la guerra de Ucrania y parecía no haber sido informado por sus propios servicios de inteligencia de lo que iba a suceder.
Los funcionarios chinos se han puesto públicamente del lado de Rusia a lo largo de la guerra, denunciando a Estados Unidos como la causa del conflicto y haciendo hincapié en las quejas de Putin sobre la ampliación de la OTAN, al tiempo que expresaban su preocupación por la crisis humanitaria. El martes, Xi repitió los argumentos habituales de China sobre la guerra en una videollamada con los líderes de Francia y Alemania, aunque añadió que China estaba “profundamente apenada por el estallido de la guerra de nuevo en el continente europeo”, según una presentación china. No dijo que Rusia hubiera comenzado los combates.
Utilizando las conferencias de prensa, los medios de comunicación estatales y las cuentas en las redes sociales de sus diplomáticos de todo el mundo, China ha tratado de inflamar la situación con una retórica encendida y teorías de la conspiración basadas en la desinformación rusa, dicen funcionarios estadounidenses actuales y retirados e investigadores independientes. Mientras Xi hablaba con los líderes europeos el martes, Zhao Lijian, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores al que muchos ciudadanos chinos aclaman como un diplomático “guerrero lobo” ferozmente patriótico, planteó la cuestión de las armas bioquímicas en Ucrania en una conferencia de prensa en Pekín, al afirmar que “Rusia ha descubierto durante sus operaciones militares que Estados Unidos emplea estas instalaciones para llevar a cabo planes biomilitares”.
“Tiene 26 laboratorios biológicos y otras instalaciones relacionadas en Ucrania, sobre las que el Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene un control absoluto”, dijo. “Todos los patógenos peligrosos en Ucrania deben ser almacenados en estos laboratorios y todas las actividades de investigación son dirigidas por la parte estadounidense”.
Zhao ha difundido teorías conspirativas antiestadounidenses para tratar de desviar las críticas sobre la mala gestión de China del brote inicial de coronavirus en Wuhan y las preguntas sobre la investigación del Instituto de Virología de Wuhan. En marzo de 2020 dijo que el ejército estadounidense podría haber llevado el virus a Wuhan y afirmó que la investigación en Fort Detrick, Maryland, podría haber estado en el origen de la pandemia. El jueves volvió a mencionar a Fort Detrick.
Diplomáticos chinos, agencias gubernamentales y medios de comunicación estatales han utilizado cuentas oficiales en Twitter y otras plataformas de redes sociales para difundir la teoría de la conspiración de los laboratorios de Ucrania. Un diplomático de la embajada china en Beirut, Cao Yi, llegó a publicar la teoría en Twitter tanto en árabe como en inglés.
Las más de 235 publicaciones en Twitter se han repartido a partes iguales entre las cuentas de los medios de comunicación estatales chinos y las cuentas diplomáticas o no gubernamentales, dijo Schafer. Hay muchas más publicaciones sobre la teoría del laboratorio en las plataformas de redes sociales chinas.
Telesur, la cadena de televisión estatal venezolana, también ha difundido la teoría del laboratorio desde Rusia, pero esa actividad es menor en comparación con lo que ha estado haciendo China, dijo Schafer.
“Ahora que las plataformas tecnológicas estadounidenses han tomado medidas contra los medios estatales rusos, los medios estatales chinos están llenando el vacío”, dijo. “Están replicando los temas de discusión del Kremlin”.
Variaciones de la teoría de la conspiración del laboratorio han circulado en las últimas semanas por figuras y grupos políticos estadounidenses de extrema derecha, incluyendo a Tucker Carlson, el presentador de Fox News, y los acólitos de QAnon. Glenn Greenwald, un periodista crítico con el poder militar y las agencias de seguridad estadounidenses, ha dicho que la teoría podría ser cierta. Incluso Ai Weiwei, el artista disidente chino, ha difundido la teoría en Twitter.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios de Washington que sigue el conflicto ucraniano, también emitió el miércoles una advertencia de que las declaraciones rusas podrían ser parte de un esfuerzo para sentar las bases de un ataque químico o biológico propio de Moscú. “Rusia puede llevar a cabo o fabricar un ataque de este tipo y culpar a Ucrania y a la OTAN para justificar una agresión adicional contra Ucrania”, dijo.
Los medios estatales chinos han repetido toda la gama de declaraciones oficiales rusas sobre la guerra de Ucrania, desde la falsa afirmación de que Ucrania está llena de neonazis hasta los argumentos de que Estados Unidos es un “imperio de la mentira” que mueve los hilos de las marionetas de Kiev.
El Global Times, un periódico nacionalista publicado por el Partido Comunista, publicó un artículo el martes en el que afirmaba que el gobierno de Estados Unidos estaba tratando de provocar la ira contra China por la guerra de Ucrania mediante la colocación de historias en The New York Times, The Wall Street Journal y Voice of America. Otras historias en los medios de comunicación estatales chinos acusaron a Ucrania de utilizar a los civiles como escudos humanos, un argumento del Kremlin, al tiempo que evitaban cualquier mención a las muertes de civiles a manos de los militares rusos.
Los censores de Weibo y otras empresas chinas de redes sociales han eliminado las publicaciones proucranianas en sus plataformas.
Xi y Putin comenzaron a promover una mayor cooperación entre las organizaciones de medios de comunicación de los dos países en 2015, y desde entonces los dos gobiernos han celebrado una conferencia anual de medios de comunicación para tratar de “redefinir el mapa del discurso internacional”. Los ejecutivos de los medios de comunicación chinos expresan su admiración por RT y Sputnik, organizaciones mediáticas estatales rusas, por su capacidad para difundir mensajes a escala mundial.
Las dos naciones estuvieron unidas por una ideología comunista en la década de 1950, pero luego se separaron por cuestiones políticas y de política exterior. El presidente estadounidense Richard Nixon lo aprovechó con una histórica visita a Pekín en 1972 para normalizar las relaciones diplomáticas con China. Pero en los últimos años, Xi y Putin han reforzado los lazos entre sus países, en gran parte impulsados por la percepción compartida de Estados Unidos como una amenaza y el deseo de socavar el dominio global estadounidense.
La declaración conjunta del 4 de febrero tenía una larga sección en la que las dos naciones decían que liderarían el mundo para establecer una verdadera “democracia”.
Ese afán por mantenerse firmes frente a Estados Unidos y Europa Occidental está apareciendo en la propaganda de ambos países y en los relatos de los medios de comunicación estatales, dijo Maria Repnikova, profesora de comunicación global en la Universidad Estatal de Georgia, que estudia China y Rusia.
“Hay un fuerte trasfondo de sentimiento y disposición antioccidental en muchos de estos relatos”, dijo. “Están cuestionando la legitimidad de Estados Unidos, incluso utilizando estas teorías conspirativas”.
Sobre la guerra de Ucrania, añadió, hay una “convergencia de la propaganda rusa y china sobre quién tiene la culpa, sobre las raíces del conflicto”.
Pero algunas noticias y comentarios rusos cuestionaron el jueves el compromiso de China con Rusia después de que las agencias de noticias informaran de que China se negaba a enviar piezas de aviones al país, dijo Repnikova. Boeing y Airbus cortaron sus vínculos con las aerolíneas rusas después de que el gobierno Biden y la Unión Europea impusieran sanciones.
Es probable que las grandes empresas chinas cumplan las sanciones para no poner en peligro su comercio mundial. Para China, Europa y Estados Unidos son socios comerciales mucho más importantes que Rusia.