Los tres enfatizaron la necesidad de instaurar un diálogo interno en Venezuela “con la participación de todos los interesados”, conducente a “elecciones locales, legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes”.
Los dos países y el bloque regional, que desconocen el mandato de Maduro iniciado en el 2019 y el de la Asamblea Legislativa elegida en el 2020 por considerarlos resultado de comicios fraudulentos, instaron a una “solución pacífica” a la “profunda crisis” en Venezuela.
“Saludamos los avances sustantivos y creíbles para restaurar procesos e instituciones democráticas esenciales en Venezuela y estamos dispuestos a revisar las políticas de sanciones sobre la base de avances significativos en una negociación integral”, dijeron en una declaración conjunta.
Estados Unidos, la UE y Canadá han impuesto numerosas sanciones económicas a Caracas, entre ellas un bloqueo de facto de Washington al crudo venezolano, en una presión diplomática concertada para “restaurar la democracia” en el país sudamericano.
El texto emitido el viernes fue firmado por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el ministro de Asuntos Exteriores canadiense, Marc Garneau.
Los tres enfatizaron la necesidad de instaurar un diálogo interno en Venezuela “con la participación de todos los interesados”, conducente a “elecciones locales, legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes”.
Para eso, pidieron “la liberación incondicional de todos los detenidos injustamente por motivos políticos, la independencia de los partidos políticos, libertad de expresión, incluida la de los miembros de la prensa, y el fin de los abusos contra los derechos humanos”.
“Hacemos un llamado por condiciones electorales que cumplan con los estándares internacionales para la democracia, comenzando con las elecciones locales y regionales programadas para noviembre del 2021”, dijeron.
“Tres punticos empezandito”
La declaración conjunta coincidió con la visita a Washington esta semana de delegados del opositor venezolano Juan Guaidó, que iniciaron una gira internacional para tratar de definir “esquemas” para levantar sanciones impuestas contra el gobierno de Maduro de cara a una posible negociación.
Estados Unidos, Canadá y muchos países europeos se encuentran entre las 60 naciones que respaldan a Guaidó como presidente interino dada su condición de jefe de la Asamblea Nacional elegida en el 2015.
Guaidó propuso el mes pasado reanudar conversaciones con Maduro, un cambio con respecto a su objetivo declarado en enero del 2019 de sacar al gobernante del poder e instalar un gobierno de transición para organizar nuevas elecciones.
Maduro, que puso fin en agosto del 2019 a diálogos auspiciados por Noruega en rechazo al incremento de las medidas punitivas de Estados Unidos, dijo que se reuniría con la oposición “cuando quieran, donde quieran y como quieran”.
Pero planteó como condición “tres punticos empezandito”: el fin de las “medidas coercitivas unilaterales” contra Venezuela, el “reconocimiento pleno” de la actual Asamblea Nacional dominada por el oficialismo, y la liberación de cuentas bancarias estatales bloqueadas en el extranjero.
Misión exploratoria de la UE
El intento de reactivar un diálogo entre Maduro y la oposición en Venezuela coincidió con la convocatoria a elecciones de gobernadores y alcaldes el 21 de noviembre por una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La UE recibió con prudencia la designación del nuevo CNE por parte de la Asamblea Nacional que desconoce, el cual está integrado por tres de miembros vinculados al oficialismo y dos a sectores opositores distanciados de Guaidó.
El CNE dijo el viernes que delegados de la UE visitarán Venezuela en julio para explorar la posibilidad de desplegar una misión de observación para los comicios de noviembre. Se prevé que el grupo conformado por tres funcionarios y cuatro expertos electorales permanezca en el país hasta el 23 de julio.
Representantes de la UE ya estuvieron en el 2020 en Caracas buscando convencer a las autoridades venezolanas de postergar las elecciones legislativas de ese año por un plazo de “cinco o seis meses” a fin de desplegar una misión de observación electoral.
Además de la crisis política, Venezuela, gobernada por Maduro desde el 2013, vive una debacle económica y social agravada por la pandemia, que según la ONU ha forzado en los últimos años la salida del país de 5.6 millones de personas.
En su declaración del viernes, Estados Unidos, la UE y Canadá destacaron su compromiso de “abordar la grave crisis humanitaria” en Venezuela y celebraron “un mayor acuerdo entre todos los actores políticos” para permitir el ingreso de alimentos, medicamentos y suministros para luchar contra el COVID-19.