El Departamento de Defensa de Estados Unidos presentó oficialmente su avión bombardero nuclear furtivo B-21 Raider, el primero de este tipo en ser incorporado al Ejército estadounidense en los últimos 30 años.
Kathy Warden, directora general del Northrop Grumman Corp, empresa productora del B-21, explicó que este modelo es una actualización de su predecesor, el B-2 Spirit.
“El equipo de The Northrop Grumman desarrolla y entrega tecnología que hace avanzar a la ciencia, ve hacia el futuro y lo trae al aquí y el ahora. El B-21 Raider define la nueva de la tecnología y fortalece el papel de Estados Unidos de llevar la paz a través de la disuasión”, declaró en un comunicado Warden.
De acuerdo con la descripción del fabricante, el B-21 Raider es capaz de conectarse en red en el espacio de batalla con múltiples sistemas y en cualquier territorio. Además, cuenta con un ecosistema digital que “puede evolucionar rápidamente a través de actualizaciones rápidas que brindan nuevas capacidades para sobreponerse a futuras amenazas”.
Al respecto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, consideró que esta aeronave demuestra “las ventajas duraderas de Estados Unidos en ingenio e innovación”.
Según Austin, “en este avión se han invertido 50 años de avances en tecnología para baja detección, ya que incluso los sistemas de defensa aérea más sofisticados tendrán dificultades para detectar un B-21 en el cielo”.
“Necesitábamos un nuevo bombardero para el siglo XXI que nos permitiera enfrentar amenazas mucho más complicadas, como las amenazas que tememos enfrentar algún día de China o Rusia”, dijo Deborah Lee James, secretaria de la Fuerza Aérea estadounidense, en 2015, año en el que se anunció el contrato entre el Pentágono y el fabricante.
“Es prueba del compromiso a largo plazo del Departamento para construir capacidad avanzadas que fortifiquen la habilidad de Estados Unidos para detener una agresión, hoy y en el futuro”, declaró el funcionario estadounidense.
Actualmente existen seis B-21 Raider en producción, aunque el plan de Washington es contar con 100 unidades en un futuro para que puedan ser utilizados para desplegar armas nucleares o bombas.
