Estados Unidos ha anunciado sanciones e imputaciones contra 14 empresas chinas y canadienses por importar fentanilo, una de las medidas más contundentes adoptadas hasta la fecha contra el tráfico de este potente opiáceo sintético.
Funcionarios del Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias anunciaron las medidas este martes.
Las acusaciones y sanciones se dirigen contra lo que los funcionarios describen como un “importante sindicato con sede en China” que vende fentanilo a narcotraficantes y cárteles internacionales, según informó Associated Press. La mayoría de los acusados tiene su sede en China, pero algunos están radicados en Canadá.
“Estamos hoy aquí para transmitir un mensaje en nombre del Gobierno de Estados Unidos. Sabemos quiénes son los responsables de envenenar al pueblo estadounidense con fentanilo”, declaró a la prensa el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland.
Entre los objetivos se encuentra una empresa farmacéutica china que enviaba xilacina, un tranquilizante para caballos a menudo cortado con fentanilo, a Estados Unidos y México.
Por otra parte, el Departamento del Tesoro de EEUU ha sancionado a 28 personas y empresas que ayudaron a enviar drogas ilícitas, incluido el fentanilo, según un comunicado.
Los acusados también están presuntamente implicados en el tráfico de metanfetamina y MDMA. Ninguno de los acusados ha sido detenido.
A medida que aumentan las muertes por sobredosis en Estados Unidos, las agencias federales han tratado de tomar medidas enérgicas contra el flujo de fentanilo y otras drogas que entran en el país.
En mayo, el Departamento de Justicia presentó una serie de acusaciones contra personas implicadas en el cártel de Sinaloa, con sede en México. Garland describió el cartel como “la mayor, más violenta y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”.
El Tesoro ordenó sanciones contra miembros del cártel de Sinaloa, entre ellos Joaquín Guzmán López, de 36 años, hijo del antiguo líder del cártel Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Los intentos de la administración Biden por frenar la epidemia de opioides y responsabilizar a los traficantes se han topado con la frustración de los republicanos, que sostienen que los demócratas no están haciendo lo suficiente.
En febrero, 21 fiscales generales republicanos solicitaron a Joe Biden y a su secretario de Estado, Antony Blinken, que clasificaran a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas. También pidieron a Biden que clasificara el fentanilo como arma de destrucción masiva.
En Estados Unidos, más de 100.000 personas han muerto por sobredosis de drogas desde 2020, y la mayoría de estas muertes están relacionadas con el fentanilo.
Las pastillas con receta falsificadas han contribuido al aumento de las sobredosis: El 90% de las píldoras falsas contienen el potente opiáceo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.