Estados Unidos hace caso omiso a las advertencias de Pyongyang y envía cazas F-35 a Corea del Sur para realizar maniobras conjuntas.
Varios cazas furtivos F-35 de EE.UU. han llegado este martes a Corea del Sur para participar en unas maniobras conjuntas con aparatos del país asiático, según la información proporcionado por los ejércitos de ambos países mediante dos comunicados separados.
En efecto, se trata de seis aparatos que han llegado procedentes de la base de las Fuerzas Aéreas de Eielson, en Alaska (EE.UU.), han detallado el Estado Mayor Conjunto (JCS, por sus siglas en inglés) surcoreano y las Fuerzas Armadas Estadounidenses en Corea del Sur (USFK, por sus siglas en inglés).
Las aeronaves participarán en maniobras con otros aviones de Estados Unidos y Corea del Sur, incluyendo los F-35 que posee Seúl, hasta el próximo 14 de julio.
Los ejercicios tienen como objetivo potenciar la “interoperabilidad de las dos Fuerzas Aéreas para volar sobre y en torno a la península de Corea”, se lee en el texto de las USFK.
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En un pico de tensión en la península de Corea, el Gobierno norcoreano denuncia los movimientos “agresivos” de Washington y Seúl y promete vengarse.
En efecto, esto es el primer desplazamiento de este tipo de aviones de quinta generación del Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) a la península coreana en cinco años.
La última vez fue en diciembre de 2017 cuando EE.UU. y Corea del Sur llevaron a cabo su ejercicio Vigilant Ace en plena escalada de tensión con Corea del Norte.
Esto ocurre mientras Pyongyang ha tachado una y otra vez de “agresivos” los simulacros de Washington en la región, considerándolos como “un ensayo para la guerra y un ejercicio preliminar de guerra nuclear” contra el territorio norcoreano.
