La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, no especificó cuáles son las seis naciones con suministro de Moscú, más allá de Cuba, Venezuela y Nicaragua
“China y Rusia son los grandes rivales de Washington en América Latina”, así lo afirmó este jueves la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, quien sugirió a países latinoamericanos que “donen” equipamiento ruso a Ucrania para “reemplazarlo” por material estadounidense.
“Esta región importa e importa mucho para nuestra seguridad nacional”, aseguró la general Laura Richardson durante una conversación con el grupo de reflexión Atlantic Council en Washington, consciente de las críticas de países latinoamericanos que se sienten abandonados.
En la estrategia de Seguridad Nacional de 2022, el gobierno del presidente Joe Biden dio prioridad a China e identificó a Rusia como un desafío importante pero localizado.
“El adversario número dos de Estados Unidos en la región es Rusia”, afirmó Richardson, la segunda mujer en alcanzar el rango de general en las fuerzas armadas estadounidenses.
Un total de nueve países “tienen equipamiento ruso y estamos trabajando para reemplazar ese equipamiento ruso por equipamiento de Estados Unidos si esos países quieren donarlo a Ucrania o la causa en curso”, afirmó refiriéndose a la guerra que se libra tras la invasión rusa de territorio ucraniano hace casi un año.
La general no especificó cuáles son los seis países con equipamiento militar ruso, más allá de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Para ella el otro “actor estatal maligno” es China, con el que “estamos en una competencia estratégica en el Hemisferio Occidental”.
“Ver la invasión y los tentáculos de la República Popular China en los países del Hemisferio Occidental tan cerca de Estados Unidos me preocupa mucho”.
Veintiuno de los 31 países de la región se han adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como la Nueva Ruta de la Seda, una estrategia de desarrollo de infraestructura global lanzada por Beijing.
El coloso asiático invierte en infraestructuras críticas, advirtió Richardson, como puertos de aguas profundas, el espacio o las telecomunicaciones, con las redes 5G y la multinacional Huawei.
¿Por qué motivo? pregunta. “Si tuviera que adivinar, probablemente se les ofrece un descuento”, en un contexto de apuros económicos agravados por la pandemia que azotó duramente a la región, donde al menos 170 millones de personas viven en la pobreza.
Estados Unidos tiene un tercer adversario: las organizaciones criminales transnacionales que inyectan “inseguridad e inestabilidad”, de la que precisamente se aprovechan, según ella, China y Rusia para “instalarse y prosperar”.
Estas redes se nutren de la trata de personas, del contrabando de droga, de la tala no reglamentada, de la minería ilegal, porque es una región rica en recursos y tierras raras, con el llamado Triángulo de litio (Argentina, Bolivia, Chile), un metal muy necesario para la tecnología.
También rebosa de recursos petroleros, de cobre, oro. Eso sin contar con el Amazonas, el pulmón del mundo, y el 31% del agua dulce de la Tierra.
Una zona “fuera de serie”, resume ella, con un comercio “increíble”, del que China se beneficia en buena parte, ya que se ha convertido en el principal socio comercial de algunos países latinoamericanos, relegando a Estados Unidos al segundo puesto.
El valor del comercio entre el coloso asiático y América Latina y el Caribe ha pasado de 18.000 millones en 2002 a hasta los aproximadamente 450.000 actuales, y va camino de 750.000 “en un futuro cercano”, pronostica Richardson. “Hay mucho en juego”, sentenció.