Cohetes lanzados por HAMAS desde Gaza contra los territorios ocupados por Israel, 7 de octubre de 2023. (Foto: Reuters)
El ejército de Israel admite haber cometido un error de cálculo sobre la capacidad militar de HAMAS afirmando que tarda al menos 2 años en destruir su armamento.
La radio del ejército israelí, citando a funcionarios de este régimen, ha afirmado que la Resistencia palestina todavía tiene más de mil cohetes y que dura al menos uno o dos años la destrucción de su armamento.
“La mayoría de los lanzacohetes de HAMAS se encuentran bajo tierra”, ha precisado el informe, enfatizando que destruir los cohetes de la Resistencia en Gaza es una de las prioridades del ejército sionista.
Al respecto, ha afirmado que las estimaciones anteriores sobre las armas de la Resistencia palestina eran erróneas, y ha añadido que el mes pasado, el ejército estimó que HAMAS cuenta con unos pocos cientos de cohetes.
Diversas voces sionistas admiten que Hezbolá de El Líbano puede paralizar Israel al constituir una grave amenaza para la seguridad alimentaria de los israelíes.
El medio israelí ha subrayado la iniciativa de la Resistencia palestina de disparar cohetes desde zonas ocupadas por el ejército israelí y en este contexto, ha señalado que los cohetes disparados la semana pasada desde Jan Yunis contra las posiciones israelíes fueron lanzados desde una distancia de 20 a 30 metros de los soldados del régimen en esta zona.
Según el informe, los cohetes fueron disparados desde una finca de olivos en el interior de los territorios ocupados, y los soldados estaban a una distancia de hasta un muro de las fuerzas de la Resistencia palestina.
Tras casi 120 días de la guerra, el régimen ocupante de Israel no ha logrado ninguna de sus juradas intenciones, es decir, destruir al Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y liberar a los retenidos israelíes bajo custodia de la Resistencia en la Franja de Gaza durante su invasión terrestre.
Muchos expertos consideran que la razón de este fracaso son los errores de cálculo del gabinete del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al fijar objetivos inalcanzables para la guerra contra Gaza.