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El 70 % de los niños de 10 años se encuentran en situación de pobreza de aprendizajes y no pueden leer y comprender un texto simple

La COVID-19 empeora la crisis mundial del aprendizaje y podría provocar la pérdida de USD 21 billones en ingresos a lo largo de la vida

CIUDAD DE WASHINGTON, 23 de junio de 2022. Como resultado de la peor crisis de la educación y el aprendizaje de la que se tenga registro en la historia, la pobreza de aprendizajes se incrementó en un tercio en los países de ingreso bajo y mediano, donde se estima que el 70 % de los niños de 10 años no pueden comprender un texto simple, según se detalla en un nuevo informe que publicó hoy el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo (FCDO) del Reino Unido, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta tasa era del 57 % antes de la pandemia, pero la crisis del aprendizaje se ha profundizado. La presente generación de estudiantes se arriesga a perder USD 21 billones (en valor actual) de ingresos potenciales a lo largo de la vida, o el equivalente al 17 % del PIB mundial de hoy en día, en comparación con los USD 17 billones estimados en 2021.

En el informe “The State of Global Learning Poverty: 2022 Update” (La situación de la pobreza de aprendizajes mundial: Actualización de 2022) (i), se señala que los cierres de escuelas prolongados, la escasa eficacia de las medidas de mitigación y las alteraciones en los ingresos de los hogares tuvieron el mayor impacto en la pobreza de aprendizajes en América Latina y el Caribe: el 80 % de los niños en edad de terminar la escuela primaria no pueden comprender un texto simple, cifra superior a la tasa de alrededor del 50 % registrada antes de la pandemia. El siguiente aumento más importante se registró en Asia meridional, donde las proyecciones indican que el 78 % de los niños carece del nivel mínimo de alfabetización; la tasa era del 60 % antes de la pandemia. Los nuevos datos que miden los niveles de aprendizaje reales de los niños en los sistemas de las escuelas reabiertas en todo el mundo confirman las predicciones de grandes pérdidas de aprendizaje. En África subsahariana, los aumentos de la pobreza de aprendizajes fueron menores, ya que los cierres de las escuelas en esta región duraron por lo general solo unos pocos meses, pero dicha pobreza llega ahora a un nivel extremadamente alto del 89 %. En el resto de las regiones, las simulaciones indican aumentos en la pobreza de aprendizajes.

En el informe, se señala también que, incluso antes de la COVID-19, la crisis mundial del aprendizaje era más profunda de lo que se pensaba previamente. La tasa promedio mundial de pobreza de aprendizajes antes de la pandemia, que se estimó en 53 % para 2015, era aún mayor, ya que los datos actualizados y revisados revelaron que el 57 % de los niños de 10 años de los países de ingreso bajo y mediano no podían leer y comprender un texto simple, que es la forma de medir la pobreza de aprendizajes. En el informe se sostiene que la pobreza de aprendizajes se ha mantenido estancada en este período en ciertas regiones, como América Latina y el Caribe y África subsahariana, para las que existen datos temporalmente comparables. Este punto pone de manifiesto que volver a la situación previa a la COVID-19 no asegura el futuro de los niños del mundo: se necesita una rotunda recuperación y aceleración del aprendizaje.

Los cierres prolongados de escuelas y las estrategias desiguales de mitigación han empeorado la falta de igualdad en el aprendizaje de los niños. Existe cada vez más evidencia de que los niños provenientes de niveles socioeconómicos más bajos y otros grupos desfavorecidos están sufriendo mayores pérdidas de aprendizaje. Los niños con una alfabetización básica más frágil antes de los cierres de las escuelas tienen más probabilidades de haber sufrido pérdidas de aprendizaje más significativas. Si los niños no tienen habilidades fundacionales sólidas, es poco probable que adquieran las aptitudes técnicas y de nivel superior necesarias para prosperar en mercados laborales cada vez más exigentes y en sociedades cada día más complejas.

Es necesario un compromiso sostenido en todos los niveles de la sociedad

En el nuevo informe del Banco Mundial, la Unesco, Unicef, el FCDO, la USAID y la Fundación Bill y Melinda Gates se hace hincapié en que la recuperación y aceleración del aprendizaje requieren de un compromiso político sostenido a nivel nacional, desde los niveles políticos más altos hasta todos los miembros de la sociedad. Para revertir la tendencia de la crisis del aprendizaje a largo plazo, se precisarán coaliciones nacionales para promover la recuperación del aprendizaje. Estas coaliciones deberán incluir a las familias, los educadores, la sociedad civil, la comunidad empresarial y todos los ministerios (no solo el Ministerio de Educación). El compromiso debe traducirse en medidas concretas a nivel nacional y subnacional, con una mejor evaluación del aprendizaje para subsanar la enorme carencia de datos, establecer objetivos claros de los avances y elaborar planes basados en pruebas para la recuperación y aceleración del aprendizaje.

Dada la magnitud de los desafíos y la escasez de recursos, los países deben concentrar sus esfuerzos en los enfoques más eficaces en función de los costos para combatir la pobreza de aprendizajes.

El marco RAPID (i) proporciona un conjunto de intervenciones basadas en evidencias que los sistemas educativos pueden implementar para ayudar a los niños a recuperar el aprendizaje perdido y acelerar el progreso a largo plazo en materia de aprendizaje básico. Los Gobiernos deben asegurarse de que los sistemas educativos tomen las siguientes medidas:

  • Realizar evaluaciones regulares de los niveles de aprendizaje
  • Acercarse a todos los niños y mantenerlos en la escuela
  • Priorizar la enseñanza de los conocimientos básicos
  • Incrementar la eficiencia de la instrucción, por ejemplo, mediante programas de aprendizaje de recuperación
  • Desarrollar la salud y el bienestar psicosociales

Estas intervenciones deben implementarse como parte de un programa de recuperación del aprendizaje a nivel nacional que también sirva como un impulso para el desarrollo de sistemas educativos más eficaces, equitativos y resilientes. Para lograr un cambio amplio y sostenido, el programa deberá ir acompañado del fortalecimiento del sistema, algo muy necesario. Esto es fundamental para cerrar las brechas de aprendizaje tanto como sea posible para 2030 con el fin de garantizar que todos los niños y jóvenes tengan la posibilidad de forjar el futuro brillante que se merecen.

Banco Mundial:

Jaime Saavedra, director global de Educación del Banco Mundial: “La COVID-19 ha devastado el aprendizaje en todo el mundo, aumentando drásticamente la cantidad de niños en situación de pobreza de aprendizajes. En la actualidad, 7 de cada 10 niños de 10 años que viven en los países de ingreso bajo y mediano no pueden leer un texto simple, por lo que la sociedad y los líderes políticos deben actuar rápido para recuperar el futuro de esta generación; para ello, deben garantizar estrategias e inversiones destinadas a la recuperación del aprendizaje. El Banco Mundial se ha comprometido a apoyar a los países durante estos tiempos difíciles. Juntos podemos construir hacia adelante una educación de mejor calidad y más equitativa, eficaz y resiliente. Le debemos esto no solo a los niños y jóvenes de la generación actual, sino también a nosotros mismos, ya que nuestro futuro depende de ellos”.

Alicia Herbert, oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE); directora de Educación, Género e Igualdad, y enviada para cuestiones de género del FCDO: “Este importante documento nos ayuda a comprender mejor dónde nos encontramos en materia de educación a nivel mundial y cómo podemos asegurarnos de que todos los niños reciban apoyo para encaminarse hacia el logro de 12 años de educación de calidad. El informe nos muestra lo que temíamos. Ahora, aún menos niños que antes pueden acceder a una educación de calidad debido al impacto de la COVID-19 y a los cierres de escuelas en todo el mundo, sobre todo los niños más marginalizados. Se estima que 7 de cada 10 niños de los países de ingreso bajo y mediano no pueden leer y comprender un texto simple a la edad de 10 años. Esto es inaceptable. Debemos unirnos, prestar atención y actuar para que todos los niños puedan volver a la escuela y aprender”.

Fundación Bill y Melinda Gates:

Dr. Benjamin Piper, director de Educación Global de la Fundación Bill y Melinda Gates: “Quiero que los lectores de este informe tengan al menos dos reacciones. La primera es que sientan una profunda tristeza por la magnitud de la crisis del aprendizaje. Los datos de la pobreza de aprendizajes destacan la impactante desigualdad que persiste en los resultados de aprendizaje, en los que se puede observar que el 87 % de los niños de África no pueden leer y comprender un texto simple. Estos datos se recopilaron antes de la pandemia de la COVID-19, y las nuevas simulaciones indican que esta tasa aumentó al 89 %. Esto es triste y está mal. La segunda es que sepan que tenemos soluciones que pueden funcionar a escala y en los sistemas gubernamentales. Un punto de partida es comprometerse con programas sustanciales de recuperación del aprendizaje, pero la composición de esos programas es importante: deben medir los resultados del aprendizaje, pero también invertir en la mejora de la enseñanza por medio de una pedagogía o instrucción estructurada al nivel adecuado, al tiempo que se aumenta el tiempo de estudio. Los países que tomen estas medidas tienen una oportunidad real para recuperar el aprendizaje perdido a causa de la COVID-19 y avanzar significativamente hacia la reducción de la pobreza de aprendizajes para 2030”.

Unesco:

Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la Unesco: “Estas estimaciones hacen sonar más fuerte que nunca la alarma sobre la urgencia de priorizar la educación en los planes de recuperación y otras iniciativas. Debemos invertir en políticas integrales y transformadoras que aborden las múltiples causas de la crisis del aprendizaje, movilizar a la comunidad internacional y generar todas las condiciones para garantizar que ningún niño quede rezagado. La Precumbre sobre la Transformación de la Educación, que se realizará del 28 al 30 de junio en la sede de la Unesco en París, y la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar el 19 de septiembre en Nueva York, son nuestra oportunidad para orientar el aprendizaje en el rumbo correcto y cumplir con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de garantizar una educación de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Unicef:

Robert Jenkins, director global de Educación de Unicef: “Lograr que los niños vuelvan a las aulas es solo el primer paso; si nos conformamos con eso, les quitaremos a millones de niños la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Todos los niños tienen derecho no solo de ir a la escuela, sino también de aprender mientras estén en ella, de adquirir las habilidades básicas que serán la base para que algún día logren un mayor aprendizaje y niveles de ingresos más altos, lo que a su vez respalda el desarrollo equitativo y el crecimiento sostenible. Debemos acercarnos a todos los niños, en todas las situaciones. Tenemos que evaluar su nivel de aprendizaje y ayudarles a dominar los conocimientos básicos para que puedan avanzar con confianza en sí mismos. En especial, en el caso de los niños que viven en situaciones de conflicto y crisis, tenemos que apoyar el aprendizaje y asegurarnos de que reciban el apoyo psicosocial que necesitan. No podemos permitir que el aprendizaje se convierta en otra pérdida provocada por la pandemia de la COVID-19”.

USAID:

LeAnna Marr, administradora auxiliar adjunta interina del Centro para la Educación de la Oficina de Desarrollo, Democracia e Innovación de la USAID: “El informe ‘The State of Global Learning Poverty’ es un llamado urgente a comprometerse. Recuperarse de esta crisis descomunal requerirá que todos nosotros —los Gobiernos, las familias, los educadores, la sociedad civil y el sector privado— redoblemos los esfuerzos para garantizar que todos los niños reciban el apoyo que necesitan para volver a la escuela y recuperar terreno en su aprendizaje. Luego de la peor de las crisis que sufrió la educación y el aprendizaje en un siglo, la USAID se ha comprometido a seguir brindando apoyo a la recuperación y la transformación de la educación para garantizar que todos los niños y jóvenes puedan volver a aprender de manera segura y a tener acceso a una educación de calidad. La USAID seguirá apoyándose en nuestras inversiones y liderando a nivel global en el ámbito del aprendizaje básico, reforzando la resiliencia de los sistemas educativos y dotando a la próxima generación de las habilidades necesarias para que los [niños y jóvenes] tengan éxito a lo largo de la vida”.

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