Los 500 coches y caravanas que llegaron a Bruselas este lunes para protestar contra las restricciones por el Covid-19 fueron bloqueados a la entrada de la ciudad por las fuerzas de seguridad locales.
La policía los dirigió a un aparcamiento a las afueras de Bruselas y manifestantes marcharon a pie en varios puntos de la ciudad, especialmente en la zona de las instituciones de la Unión Europea.
La policía belga estaba preparada para evitar cualquier bloqueo en la capital, un millar de efectivos de policía había sido movilizado desde el domingo por la noche para controlar las entradas estratégicas de la ciudad. Este lunes, prohibió la entrada a la ciudad a decenas de vehículos, mientras otros se dispersaron.
Las manifestaciones están prohibidas en Bruselas hasta el martes, ya que es legal manifestarse siempre y cuando las protestas sean convocadas a través de procedimientos oficiales y no de forma improvisada.
Según Philippe Close, alcalde de Bruselas, “lo que es complicado aquí es que no tenemos una solicitud de organizador. En Bélgica hay que solicitar una manifestación. Estamos atentos, por eso nos movilizamos ampliamente”. El alcalde añadió que el movimiento no tenía permiso de las autoridades de Bruselas, ni líder.
La falta de organización y liderazgo claro no permitió al movimiento conseguir un gran impulso y no más de unas 200 personas se reunieron en el centro de la ciudad este lunes, una cifra que queda lejos de los 35.000 participantes en las protestas anti-restricciones de noviembre en la capital.
Contra las medidas sanitarias y los altos costos de vida
Los manifestantes protestaban contra las medidas anti-Covid-19 pero también contra la precariedad. La mayoría eran belgas, aunque varios venían de Francia e incluso de Holanda y otros países europeos.
Philippe, un manifestante francés que había protestado en París este fin de semana, dijo a los periodistas que las restricciones pandémicas eran sólo una parte de sus problemas.
“He venido sobre todo por el futuro de nuestros hijos. No veo cómo mis hijos pueden vivir en el mundo tal y como está ahora. La libertad es barrida, cada vez hay más pobreza. Incluso cuando trabajas, cuando llega el día 15 del mes, no tienes suficiente para vivir”, explicó. Dijo que también protestaba contra la subida de los precios de la energía y el costo de la vida.
Un movimiento inspirado en los camioneros de Ottawa
Las protestas empezaron con la oposición de los camioneros canadienses a un mandato de vacunación o cuarentena para los conductores transfronterizos que viajan a Estados Unidos. Los camioneros bloquearon la capital, Ottawa, desde hace más de dos semanas, pero el puente Ambassador, un eje estratégico entre Estados Unidos y Canadá, volvió a abrirse este domingo tras siete días de bloqueo.
El movimiento canadiense se ha expandido a Europa y especialmente en Francia, donde los automovilistas intentaron bloquear la capital este fin de semana, sin lograr una paralización significativa de la ciudad. Las protestas son una crítica a las restricciones por Covid-19, pero también a la precariedad por el aumento de los costos de vida tras la pandemia y la falta de soluciones por parte de los gobiernos.
Con EFE, Reuters y medios locales