En el lugar se han encontrado tres camas, un cofre con objetos de metal y telas y otros objetos personales
El equipo de arqueólogos que trabaja desde 2017 en una zona del norte de Pompeya (en el sur de Italia), la ciudad que quedó sepultada en el año 79 por la erupción del Vesubio, ha descubierto una pequeña estancia en la que vivían unos esclavos, posiblemente una familia con un hijo, que se encargaban del mantenimiento de la villa de sus dueños, según ha informado este sábado el Ministerio de Cultura italiano. El hallazgo se ha producido en la zona de la villa de Civita Giuliana, donde en los últimos meses se han llevado a cabo otros descubrimientos, como una carroza ceremonial casi intacta o un establo con los restos de tres caballos.
Según ha explicado el ministro de Cultura, Dario Franceschini, en un comunicado, el descubrimiento de esta habitación “en un estado de conservación excepcional” enriquecerá “aún más el conocimiento de la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos” y concretamente de una parte de la sociedad de cuyo estilo de vida se sabe bastante poco, los esclavos. El espacio, de unos 16 metros cuadrados, se encuentra cerca del pórtico de la villa. En él se han encontrado tres camas y otros objetos pertenecientes a estas personas, que probablemente eran los empleados que se ocupaban del trabajo diario de una villa romana, como labores de mantenimiento y preparación del carro de caballos.
“Esta es una ventana a la precaria realidad de gente que en pocas ocasiones aparecen en las fuentes históricas, escritas casi exclusivamente por hombres que pertenecían a la élite”, ha dicho Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, sobre un descubrimiento que ha calificado como “uno de los más emocionantes” de su vida como arqueólogo.
En el lugar se han encontrado tres catres de madera y un cofre, también de madera, con objetos de metal y telas que los arqueólogos creen que podrían formar parte de los arneses de los caballos. Las camas eran unas tablas de madera toscamente trabajadas, que podían ensamblarse según la altura de quienes las utilizaran. Dos camas miden aproximadamente 1,70 metros de largo, mientras la otra es de solo 1,40 metros, por lo que los expertos deducen que podría ser de un niño. Debajo, se guardaban objetos personales, como ánforas para conservar objetos, jarras de cerámica y el orinal.
La habitación tenía una pequeña ventana en la parte superior y carecía de decoración en las paredes. “Además de servir como dormitorio para un grupo de esclavos, tal vez una familia pequeña como sugeriría la cuna del tamaño de un niño, el entorno sirvió como un cuarto de almacenamiento, como lo demuestran ocho ánforas apiñadas en las esquinas dejadas libres para este propósito”, ha explicado el ministerio italiano.
La villa de Civita Giuliana, que desde 2017 cuenta con arqueólogos en la zona, fue durante años objeto de saqueos sistemáticos y parte del patrimonio arqueológico se ha perdido debido a los túneles cavados por los ladrones de tumbas que han generado un daño total estimado en casi dos millones de euros en toda la villa, según los cálculos del ministerio.