En pleno centro de España, en medio de las frías y áridas tierras castellanas, se erige una pequeña localidad de 141 kilómetros cuadrados.
La habitan en la actualidad unas 9.000 personas y ostenta el título de “muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa”.
Allí ocurrió hace 529 años un hecho histórico que determinó la configuración política y territorial de América, dividió al mundo en dos hemisferios y definió la lengua y la cultura de millones de personas.
Esa localidad llamada Tordesillas se encuentra al norte de Madrid.
Allí fue donde el 7 de junio de 1494 las dos grandes potencias de la época, Castilla y Portugal, llegaron a un acuerdo para repartirse las zonas de navegación del océano Atlántico y los territorios del ‘nuevo mundo’.
Un año antes, en marzo de 1493, Cristóbal Colón había regresado a Castilla con una noticia sorprendente.
El viaje que había emprendido el 3 de agosto de 1492 desde el puerto español de Palos de la Frontera en busca de unaruta más corta hacia Asia -donde los comerciantes europeos obtenían las especias, que se empleaban para condimentar los alimentos, las que alcanzaban precios altísimos- había dado sus frutos.
Las disputas por el control de esos territorios entre las dos grandes potencias marítimas de entonces -Castilla y Portugal- comenzaron de inmediato.
El ambiente echaba chispas. Había que hacer algo para evitar la guerra.
Así que en marzo de 1494 representantes de Juan II de Portugal y de los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) se reunieron por primera vez en Tordesillas.
El objetivo era establecer un acuerdo que delimitara los ámbitos de actuación de cada reino y restableciera la paz entre las dos coronas.
Tordesillas era por aquel entonces una localidad importante de Castilla, un punto estratégico de pasogracias a su puente medieval sobre el río Duero