El Gobierno usará los fondos para pagar su deuda con el mismo organismo internacional mientras el Congreso debate la gran ley de reforma de la que depende el plan económico del nuevo presidente
Javier Milei ha recibido este miércoles su primer desembolso del Fondo Monetario Internacional, unos 4.700 millones de dólares que el organismo había comprometido al nuevo Gobierno el pasado 10 de enero y de los cuales Argentina usará casi la mitad para cumplir con vencimientos de deuda con el mismo Fondo. El directorio ejecutivo del FMI aprobó esta tarde las metas trimestrales del plan de pago de la deuda que Argentina tomó en 2018, durante el Gobierno del conservador Mauricio Macri, y que renegoció en 2022 con el peronista Alberto Fernández. Esta es la séptima revisión de este plan de pagos y la primera bajo el Gobierno de Milei, que solicitó continuar con el acuerdo a principios de este mes.
El desembolso del FMI “no es dinero nuevo”, como explicó el pasado 10 de enero el ministro de Economía, Luis Caputo, sino parte del plan de pagos que el peronismo negoció en 2022 para pagar modificar los plazos de pago de la deuda de 44.000 millones de dólares que Macri había tomado cuatro años antes.
Es, sin embargo, un espaldarazo del organismo al Gobierno de Milei. Las últimas dos revisiones del plan de pagos ocurrieron juntas en agosto del año pasado, semanas antes de las primarias presidenciales, mientras Milei tomaba fuerza en las encuestas, y el peronismo, liderado por el entonces ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, buscaba cerrar los desembolsos para quitar al FMI de la campaña electoral. Lo logró a medias: la mesa directiva del FMI autorizó entonces otro desembolso por 7.500 millones de dólares, pero lo hizo como una excepción. Argentina, dijo el FMI en un comunicado, no había cumplido sus objetivos de acumulación de reservas y de reducción del déficit fiscal debido a una “sequía sin precedentes y a desviaciones de las políticas”, pero aprobó el nuevo paquete de ayuda económica para “salvaguardar la estabilidad y afianzar la sostenibilidad a medio plazo”.
Milei se impuso en una segunda vuelta el 19 de noviembre y la séptima revisión del acuerdo, programada para finales del año pasado, quedó en el aire hasta este mes. El día 10, el ministro Caputo anunció que la revisión había llegado a puerto. El FMI celebró las “fuertes acciones iniciales” del nuevo Gobierno para “mejorar significativamente las finanzas públicas de una manera que proteja a los más vulnerables de la sociedad y a fortalecer el régimen cambiario”. El Gobierno, en voz de Caputo, afirmó que el acuerdo acercaba posiciones por “Si se quisiera ir a un nuevo acuerdo y, eventualmente pedir nuevos fondos”, y el Fondo avisó que dependería de una “implementación continua y duradera” del ajuste fiscal que el nuevo Gobierno argentino inició en diciembre con una devaluación del 50% del peso y aumentos en las tarifas de energía y el transporte público, entre otras.
“Tras la finalización de las últimas revisiones, los ya grandes desequilibrios y distorsiones de Argentina se agudizaron y el programa se desvió significativamente, lo que refleja las políticas inconsistentes del gobierno anterior”, afirmó la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, en el comunicado oficial del organismo. ”En medio de esta difícil herencia (inflación elevada y creciente, reservas agotadas y altos niveles de pobreza), la nueva administración está tomando medidas audaces para restaurar la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los impedimentos de larga data al crecimiento. Estas medidas iniciales evitaron una crisis de balanza de pagos, aunque el camino hacia la estabilización será complicado”.
El Congreso argentino debate desde este miércoles la megaley con la que el nuevo Gobierno pretendía desregular la economía con la venta de empresas públicas, un cambio en la fórmula que ajusta las pensiones a la inflación, y subiendo impuestos a las importaciones federales. Las últimas dos medidas han sido borradas del plan mientras el Gobierno busca consensos entre los diputados, pero Milei aún espera que el Congreso le conceda facultades legislativas de emergencia para imponer su plan. El debate, que los diputados han afrontado punto por punto de una ley que contiene casi 400 reformas, se ha extendido durante todo el miércoles y probablemente llegue al fin de semana.
Milei le ha prometido al FMI que convertirá el déficit fiscal de 2023, casi el 3% del PIB, en un superávit del 2% para este año, y que acumulará reservas por casi 10.000 millones de dólares. Cómo lo hará mientras su ley de desguace del Estado se tambalea en el Congreso es una pregunta todavía abierta. En su informe de previsiones para este año, presentado el martes, el FMI augura que Argentina sufrirá una caída del 2,8% en el PIB y que la inflación anual llegaría en torno al 150%. Es, dentro de todo, optimista: el año pasado la inflación argentina fue del 211%, la más alta del mundo, acumulando solo en diciembre un 25% de aumento de precios.
Según informan medios locales que citan fuentes oficiales, Argentina usará unos 2.800 millones de los 4.700 que ha recibido para pagar vencimientos de deuda con el propio Fondo, entre la cuota que vencía este mismo miércoles e intereses programados para el primero de febrero. El resto del desembolso se usará para pagar más deuda en el mes de abril.