La ofensiva sorpresa ucraniana lanzada el pasado 6 de agosto sobre la región rusa de Kursk ha provocado cambios en el mapa de la guerra. Ucrania -que llevaba meses sin grandes victorias- ha hecho lo que parecía impensable: invadir Rusia. Por lo tanto, ahora el ejército ruso se ve en la obligación de recuperar su territorio, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial. Además, Rusia niega que las fuerzas ucranianas controlen todo el territorio que dicen tener e incluso afirma que en las últimas horas han logrado frenar varios intentos de Ucrania de seguir avanzando en Kursk. Mientras tanto, Rusia continúa ejerciendo presión en el frente de Pokrovsk, localidad ubicada en la región de Donetsk.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, informó el lunes que las fuerzas de su país ya controlan 1.000 kilómetros cuadrados de Kursk, región situada en el oeste de Rusia que limita con el óblast ucraniano de Sumi. Sin embargo, el analista militar Oleksandr Kovalenko indicó a Efe cuatro días antes que el territorio controlado por Kiev hasta ese momento era de unos 400 kilómetros cuadrados. Por su parte, el gobernador en funcKiev afirma tener el control de 76 localidades ubicadas en la mencionada región rusa, entre las que se encuentra Sudzha, de unos 6.000 habitantes. Y tiene intenciones de seguir avanzando. Su propósito sería obligar a Rusia a que redistribuya su ejército, lo que podría conllevar a que Kiev recupere territorio o a que no pierda más, según han indicado distintos analistas a la cadena BBC. De hecho, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Gueorgui Tiji, destacó el martes que Ucrania no tiene intención de quedarse con “territorios ajenos”. Según él, el objetivo de la incursión es proteger a los ucranianos residentes en regiones fronterizas del noreste como Sumi, que ha recibido más de 2.000 ataques procedentes de Kursk desde el inicio del verano.iones de Kursk, Alexey Smirnov, admitió que Ucrania tendría el control de un área de 12 kilómetros de largo por 40 de ancho. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) también pone en duda que Ucrania haya logrado controlar 1.000 kilómetros cuadrados de Rusia.