“Estamos legislando que el Estado se reserva la exploración, la explotación y el aprovechamiento del litio, en una discusión racional, civilizada, respetuosa”, anunció la noche del martes el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, el oficialista Ricardo Monreal.
Aunque la soberanía sobre el subsuelo ya estaba en la Constitución, en un proceso legislativo abreviado a solo dos días, los congresistas aprobaron el proyecto enviado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar la Ley Minera en “la exploración y explotación del litio”, mineral utilizado para fabricar baterías de automóviles eléctricos, entre otros usos.
En las sierras del centro y el noroeste desértico del territorio mexicano existen unas 1,7 millones de toneladas estimadas en sus yacimientos.
México ocupa así el décimo lugar del ránking mundial, que encabezan cinco países, tres latinoamericanos: Bolivia, con 21 millones de tonelada; seguido por Argentina (19,3); Chile (9,6); EEUU (6,8) y Australia (6.4 millones de toneladas).
Primeros pasos
La etapa de exploración de un proyecto de litio tarda hasta 20 años antes del desarrollo, según expertos, y el primer emprendimiento en México data de un estudio de factibilidad del 2018.
Fue realizado por la firma Bacanora Lithium, gracias a una concesión para explotar otros minerales en un yacimiento del norteño estado de Sonora (noroeste).
La empresa china Gangfeng Lithium y la inglesa Bacanora Lithium planean invertir allí los primeros 500 millones de dólares, y para explorar 100.000 hectáreas, las inversiones requeridas son 800 millones de dólares, para un yacimiento de unas 240 millones de toneladas de litio.
Consecuencias de la nueva ley
El presidente anunció que una decena de concesiones como esa “serán revisadas” a la luz de la nueva Ley Minera.
El Gobierno de México creará una empresa estatal destinada a la explotación de ese mineral, similar a la corporación estatal Yacimientos de Litio Boliviano.
En el país andino, la explotación se encuentra suspendida, pero a finales de este año comenzará la producción de carbonato de litio a escala industrial, en una planta que se construye en el salar de Uyuni.
En cambio, en Argentina y Chile, las empresas privadas realizaron la exploración y certificación de sus reservas.
El primer artículo de la nueva ley establece que “la exploración, explotación y aprovechamiento del litio quedará a cargo de un organismo público descentralizado”, que se debe crear.
Otro artículo decreta que “no se otorgarán concesiones, licencias, contratos, permisos, asignaciones o autorizaciones en la materia”.
Asimismo, “las cadenas de valor económico del litio serán administradas y controladas por la nación”, a través del mencionado organismo público.
Un informe del Grupo Financiero Banco Base al que tuvo acceso la Agencia Sputnik indica que México está actualmente relegado en el lugar 22 en la cadena de suministros de baterías de iones de litio.
Metal revalorado
El precio del metal aumenta desde el 2021 ante el incremento en la demanda de metales para la producción de baterías.
En meses recientes, el precio del litio ha ido al alza en la demanda para producción de baterías: “el hidróxido de litio ha subido 158%”, detalla el análisis del banco privado de Monterrey, principal polo industrial del norte del país.
Advierte que si la explotación del metal se reserva al Gobierno mexicano, “de no invertirse lo suficiente, el desarrollo del mercado de litio podría ser limitado”.
Al comienzo del mandato de López Obrador, la Secretaría de Economía informó que el país no contaba con ningún yacimiento de litio en explotación en 2018.
México tiene materias primas y acceso directo al mercado estadounidense, pero tiene poca infraestructura en la industria del litio, y carece de producción de químicos para producir baterías.
“México no tiene actualmente capacidad de fabricación de células o componentes ni de reciclaje”, indica Banco Base.
La oportunidad internacional de invertir en ese metal se debe a que “actualmente no hay suficiente capacidad de recursos primarios de litio en desarrollo para satisfacer los dos millones de toneladas métricas previstas para la demanda global en 2030”.
Un estudio publicado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado señala que, pese a que en los últimos 200 años el litio fue conocido y aprovechado en diferentes actividades, en años recientes su uso ha sido más valorado.
Las exploraciones se dispararon sobre todo ante la demanda de baterías de tecnologías de alta duración para automóviles.
Aleaciones del litio con diferentes tipos de metales se usan también para diferentes funciones: con aluminio en aviones y trenes; con magnesio para el blindaje; el óxido de litio en vidrios especiales.
Todos los usos requiere tecnología de punta: el cloruro de litio en sistemas de aire acondicionado industrial; el estearato de litio es un lubricante; el carbonato de litio en fármacos; y el hidruro de litio para almacenar hidrógeno como combustible. Es el mineral del futuro.