Tras cuatro semanas de actos de homenaje a la figura del Papa Francisco y el cónclave que ha elegido a su sucesor, el rezo del Regina Caeli se vivía este domingo en el Vaticano entre la máxima expectación, al ser el primer gran acto de León XIV desde su elección, y la vuelta a la normalidad tras el periodo de Sede Vacante.
Más de 100.000 personas han seguido desde la Plaza de San Pedro la alocución del nuevo líder de la Iglesia y Santo Padre para más de 1.400 millones de católicos. En su discurso, el pontífice ha recordado el sufrimiento en Gaza y en Ucrania y ha pedido a los líderes mundiales por la paz en nuestro tiempo: “¡Nunca más la guerra!”, ha proclamado, seguido de una ensordecedora ovación del público presente. En la plaza vaticana, los fieles han apoyado al nuevo pontifice con ovaciones: “¡Viva el Papa León!”, se ha escuchado en numerosas ocasiones, especialmente tras el sentido rezo del Regina Coeli, que el Papa ha entonado de viva voz y la multitud ha acompañado.
Las comparaciones con el primer rezo de su antecesor, el papa Francisco, eran inevitables: el pontífice argentino también apeló entonces a lograr un mundo “menos frío y más justo” teniendo siempre presente “la misericordia de Dios”. Un mensaje con similitudes al que ha pronunciado hoy León XIV, que ha tenido también palabras para los jóvenes y de saludo a las distintas banderas y estandartes presentes durante su oración en San Pedro, entre ellas varias españolas, a las que se refirió desde el balcón de San Pedro.
Antes del rezo, Prevost ha oficiado la misa del domingo en la Cripta Vaticana, un oficio que ha concelebrado junto al Prior General de la Orden de San Agustín, el padre Alejandro Moral Antón, en un altar junto a la tumba de San Pedro, según ha informado el Vaticano. Después del oficio y antes de acudir a su cita con los fieles en la Plaza de San Pedro, León XIV ha tenido unos minutos de oración frente a la tumba de sus predecesores, situadas en las Grutas Vaticanas bajo la Basílica de San Pedro