El investigador considera un error que el país haya pasado de golpe y con bajas coberturas vacunales de una política covid cero a otra casi sin restricciones
Tres años después del inicio de la pandemia del coronavirus, el mundo vuelve a mirar a China con miedo. La explosión de casos registrada en el gigante asiático tras el abrupto fin de la política covid cero, vigente desde 2020, ha disparado la inquietud en muchos gobiernos. La pregunta es cómo puede afectar al globo un incremento descontrolado de contagios en un país con más de 1.400 millones de habitantes. Luis Enjuanes (Valencia, 77 años), director del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), es una de las figuras de referencia internacional para comprender los acontecimientos.
Pregunta. ¿Qué es lo que está ocurriendo en China?
Respuesta. Pues que no ha habido un término medio. Han pasado de aislar a todos los vecinos de un edificio por un caso positivo a casi dejar correr el virus libremente entre una población poco inmunizada.
P. Y eso es poco recomendable.
R. Claro. El resultado son cerca de 35 millones de contagiados al día, según algunas fuentes. Es una cifra enorme que solo se explica si se tienen en cuenta dos cosas. La primera es que las restricciones impuestas estos tres años han hecho que muy pocas personas hayan pasado la enfermedad de forma natural. La segunda es que las tasas de cobertura vacunal alcanzadas en China son inferiores a las de Europa y, especialmente, España, con unas vacunas que son además menos eficaces. Todo esto hace que la población esté muy poco protegida frente al virus. Como país, China tendría que haber hecho como el resto del mundo: ir haciendo aperturas graduales a medida que aumentaba la población vacunada y manteniendo algunas restricciones mientras siguiera siendo necesario. Han ido de un extremo al otro.
P. ¿Aplicar tanto tiempo una política covid cero no ha sido en la práctica retrasar el momento de enfrentarse al virus de verdad?
R. Sí.
P. Pero esto no era algo difícil de prever. China también es una potencia científica, ¿No han avisado los expertos del país de que esto podía ocurrir?
R. China también es un régimen autoritario, un país que impone una disciplina muy fuerte a una población acostumbrada a obedecer. Al principio de la pandemia, el Gobierno chino tomó represalias contra médicos, como el caso que se hizo famoso de un oftalmólogo, solo por avisar con la mejor intención de que había un nuevo virus circulando. Las dictaduras son eso, y la falta de libertad va siempre en contra de la población.
P. ¿Cuánto de preocupante es todo esto para el resto del mundo?
R. Es preocupante.
P. ¿Como hace tres años?
R. Estamos mucho más preparados. Hay muchos contagios y esto supone que habrá muchas más mutaciones y surgirán nuevas variantes. Esto tendrá un efecto cascada sobre el resto del mundo. Más contagios siempre provocan más casos graves y más fallecidos, e implica más riesgos. Aunque también es verdad que las nuevas variantes tienden a ser formas más atenuadas del virus.
P. ¿Por qué?
R. Si el virus te mata o te pone muy enfermo, te entierran o te aíslan. Y entonces no puede seguir circulando. En cambio, si puedes seguir haciendo vida más o menos normal, vas a propagarlo por todas partes. Es un proceso natural que, a gran escala, hace que al final siempre acaben circulando más las formas más atenuadas que causan casos más leves. La variante ómicron causa casos menos graves que la alfa o beta.
P. ¿Ómicron no era más leve por el efecto de las vacunas?
R. También. La protección de una población frente a un virus depende de muchos factores que se van acumulando. En Europa lo hemos visto con la variante ómicron. En general era más leve que la alfa o la beta, pero seguía provocando muchos casos graves y fallecimientos entre la población no vacunada o inmunodeprimida.
P. Pero hay virus que no son más leves con el paso del tiempo, como el sarampión. También pasaba con la viruela.
R. Estos virus son ADN, de mayor tamaño y más estables. Mutan mucho menos y provocan otro tipo de infección sistémica. Esto es lo que hace que con la vacuna o pasando la enfermedad una vez estés protegido para toda la vida. Yo aún lo estoy frente a la viruela y me vacunaron hace más de 60 años. Los coronavirus, o los de la gripe, son ARN, que mutan mucho más.
P. Usted decía que las decenas de millones de contagios en China van a tener un efecto cascada en el resto del mundo.
R. Sí, y otra vez tenemos que dar gracias a las vacunas. Las nuevas son dobles. Nos protegen contra las primeras formas del virus, lo que es necesario porque si no volverían a emerger. Y también contra las recientes, como las nuevas formas de ómicron. Esto es necesario porque sabemos que la protección frente a enfermedad grave de las primeras dosis desciende con el paso del tiempo, especialmente entre la gente mayor y con el sistema inmunitario debilitado. Por eso son tan necesarias estas nuevas dosis de refuerzo. Esto es como una carrera.
P. ¿A qué se refiere?
R. El organismo desarrolla anticuerpos y linfocitos T frente a la forma del virus que le infecta o la vacuna que recibe. Estas defensas empiezan teniendo una enorme efectividad, pero luego la van perdiendo con el paso del tiempo y la aparición de nuevas variantes. Hasta que llega un momento que el virus vuelve a infectarlo. Y desarrollar nuevos anticuerpos… Y así repetidamente.
P. Se supone que la infección es cada vez más leve y esto acabará siendo como un resfriado.
R. No necesariamente. Puede ser como la gripe, que no es tan leve para muchas personas y cada año tienen que vacunarse otra vez. Hay cosas que todavía no sabemos.
P. ¿Tiene sentido pedir una PCR negativa a los viajeros procedentes de China cuando el virus no ha dejado de circular por el mundo, como están haciendo algunos países?
R. Sí, es una medida habitual de salud pública que se adopta en situaciones de incertidumbre. Tampoco se impone una cuarentena o prohíbe cruzar la frontera, pero sí se aplica cierto control ante una situación en la que no se sabe muy bien lo que está ocurriendo en China o se está seguro de que se esté explicando todo.
P. Aparte de China, ¿cuál es el mayor reto que supone el virus en estos momentos?
R. El covid persistente. Hay estudios en Estados Unidos que dicen que hasta el 20% sufre algún tipo de dolencia que no se va tras la infección. Los porcentajes son menores según los estudios de otros países, pero igualmente importantes. Esto supone un reto gigantesco al que deberán hacer frente los países.