El país elige gobernadores y alcaldes bajo la supervisión de la UE y con la participación de la oposición por primera vez desde 2018 | La oposición logra 3 de las 23 gobernaciones en juego
Venezuela ha celebrado este domingo elecciones regionales y municipales bajo la observación de la Unión Europea. Se trata de los primeros comicios en los que participan los partidos de la oposición desde 2018. Los opositores que se presentan consideran que el boicot electoral ha sido un fracaso y que la participación y su presencia en la vida política del país es la única vía para reconstruir la democracia y plantear unas presidenciales o un revocatorio a Nicolás Maduro en los próximos años. Otra parte de los adversarios al chavismo opina que este camino legitima a Maduro en el cargo y llama a no votar. Más de 21 millones de venezolanos acuden a las urnas con escaso interés, ensimismados en sobrevivir en medio de la profunda crisis económica y humanitaria que atraviesa el país. Según estimaciones del Producto Interno Bruto (PIB) publicados por el Fondo Monetario Internacional, Venezuela caerá este año por debajo de Haití como el país más pobre del hemisferio occidental.
Capriles no entra a valorar los malos resultados para la oposición.
El líder opositor Henrique Capriles no valora los resultados preliminares, aunque se han anunciado con más del 90% del escrutinio. De confirmarse los datos, los partidos opositores habrían recibido una contundente derrota en las urnas, al lograr solo tres de las 23 gobernaturas.
Nicolás Maduro celebra la victoria del chavismo: “Buen triunfo, buena victoria, buena cosecha”
Con el 90% del escrutinio, los partidos opositores solo obtendrían tres gobernaturas de 23
El presidente del Consejo Nacional Electoral, Pedro Calzadilla, ha anunciado los resultados preliminares con el 90% del escrutinio. De las 23 gobernaturas y la alcaldía de Caracas, los partidos opositores solo obtendrían las de los Estados de Zulia, Nueva Esparta y Cojedes. De confirmarse los resultados, el chavismo retendría casi todo el poder territorial.
La participación fue del 41,8%
El presidente del Consejo Nacional Electoral, Pedro Calzadilla, informa de que la participación fue del 41,8% del censo.
Díaz-Canel felicita a Maduro antes de anunciarse los resultados.
La primera felicitación de la noche electoral llegó desde Cuba y antes de anunciarse los primeros resultados oficiales. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha felicitado a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, por su “contundente victoria”
Un nuevo desvelo electoral sin Tibisay Lucena
Pasadas las ocho de la noche, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, anunció que las mesas estaban cerrando y solo permanecían abiertas las que tenían electores en fila. En esta ocasión no ocurrió la ya tradicional extensión del horario de votación, una especie de limbo que se ha hecho recurrente en los comicios venezolanos en el que suelen ocurrir irregularidades. Pese a eso, como es habitual, Venezuela se desvelará este domingo a la espera de los resultados.
No será Tibisay Lucena la que aparecerá en las cámaras, como lo hizo durante 14 años, descendiendo de la rampa de acceso al palco de prensa, para anunciar los números de participación y los ganadores de la jornada. Lucena fue sustituida en junio de 2020 por una junta electoral designada de forma irregular por el Supremo. Ese CNE llevó a cabo las atropelladas parlamentarias en las que el chavismo recuperó el control del legislativo y que fueron desconocidas por gran parte de la comunidad internacional.
Para este 21 de noviembre el Consejo Nacional Electoral puso a prueba una nueva alineación, que por primera vez cuenta con dos rectores (Enrique Márquez y Roberto Picón) que no están vinculados al Gobierno y que fue escogida siguiendo los procedimientos de ley, es decir en el seno del Parlamento totalmente chavista. Esta renovación es parte de las negociaciones que durante este año se han intentado para sacar al país de la deriva institucional.
La veterana funcionaria electoral figuró este domingo incentivando al voto desde su nueva posición dentro del gabinete de Maduro como su ministra de Educación Universitaria, un enroque que para la oposición ha sido una muestra más de la parcialidad del árbitro que denunciaron durante años. Se espera que sea Pedro Calzadilla, también exministro de Chávez y de Maduro, el que anuncie los nuevos 23 gobernadores y 335 alcaldes, además de los legisladores regionales y locales.
Informa Florantonia Singer desde Caracas.
Una de las figuras más prominentes del chavismo, Diosdado Cabello, está esperando los resultados en la sede del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dirigéndose a un grupo de dirigentes y comentando la jornada en una comparecencia retansmitida en directo. El veterano líder oficialista, que en estas ocasiones suele hablar en clave interna, es decir, a las bases del partido, ha lanzado una advertencia a la comunidad internacional pese a que este domingo la jornada electoral se ha celebrado bajo la observación de la Unión Europea. “Aquí quien designa al presidente no es Estados Unidos ni la Unión Europea, es el pueblo de Venezuela”, ha zanjado Cabello.
Delcy Rodríguez: “¡Venezuela votó y ganó!”
Mientras los datos de participación o los primeros resultados siguen sin conocerse, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, informó por Twitter del balance del día de la covid en el país (seis muertos y 772 nuevos contagios detectados). En nombre de Maduro, Rodríguez ha reconocido el “civismo y carácter altamente democrático del pueblo venezolano” que acudió a votar cumpliendo las medidas de seguridad. “¡Venezuela votó y ganó!”, ha dicho.
Las sedes de los partidos echan humo. Es muy difícil aventurar un resultado sin encuestas públicas. Pero básicamente el ánimo se puede dividir en dos. Los que aventuran un triunfo holgado del chavismo, sin apenas espacio para la oposición. Hay analistas que consideran que quizá solo se imponga en un estado, el de Lara, donde concurre un político muy veterano, Henri Falcón. Él es un verso libre dentro de la política venezolana. Como antiguo chavista se le ve con suspicacia desde la oposición, y el chavismo, a su vez, lo ve como un rival duro de pelar. Algunas mediciones aventuran que solo él se impondrá al partido oficialista. En cambio, los más optimistas creen haber palpado un profundo descontento con el chavismo por el colapso de la economía y el empobrecimiento del país. Esos le otorgan a la oposición hasta cinco estados, un resultado espectacular dadas las circunstancias.
Transmitir una foto fija de lo que sucedía en Caracas ha sido en los últimos años especialmente complicado por la convulsión política, la inestabilidad institucional, la aceleración de la crisis económica y las oleadas de protestas sociales. La vigencia de un equilibrio, tanto polítio como en las finanzas del país, siempre resultaba ser un espejismo. La hiperinflación desbocada, la devaluación del dólar, las decisiones del Gobierno y las sanciones abocaban a un panorama cambiante, un pozo sin fondo con una desigualdad que ha desangrado a millones venezolanos, expulsando de facto a una multitud, que se fue en busca de oportunidades. Estas elecciones, sin embargo, han aportado una dosis de normalidad al país y su celebración supone, en sí, un paso hacia una solución pacífica del conflicto. Esa siempre fue la apuesta de la Unión Europea frente a la mano dura de Washington o países como Colombia, que no han dejado de reclamar la salida de Maduro como condición de necesidad para una transición.
La clave con la que los electores venezolanos han afrontado este proceso ha sido sobre todo de perspectiva. Si estos comicios regionales y municipales eran importantes porque, por primera vez en años, el chavismo tuvo enfrente a competiores reales, quienes han acudido a las urnas lo han hecho también con la vista puesta en unas presidenciales. Esta era la única convocatoria que hasta hace meses contemplaban, por ejemplo, Juan Guaidó y buena parte de los de los dirigentes opositores. Finalmente aceptaron medirse en estas elecciones y se enfrentaron al boicot de los sectores antichavistas más radicales e instransigentes. Con estas premisas, los porcentajes de participación y de abstención serán determinantes y definirán los próximos equilbrios políticos.
El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero viajó a Caracas para asistir este domingo al proceso electoral. El exdirigente socialista, impulsor del Grupo de Puebla y defensor de una negociación entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, ha hablado de la “rigurosa” misión de observadores de la Unión Europea y se ha mostrado convencido de que el bloque de fuerzas antichavistas “seguramente es más plural de lo que se piensa”. Zapatero ha abogado en declaraciones a los medios de comunicación por el fin de las sanciones y ha afirmado que, gane quien gane, la inmensa mayoría de los venezolanos quiere que se alivien las sanciones internacionales, especialmente las impuestas por Washington, y “que se dé una oportunidad económica a Venezuela”.
El opositor José Manuel Olivares advierte, después de que Nicolás Maduro llamara a sus bases a movilizarse al filo del cierre de las urnas, de que “mientras no haya electores en cola” todos los centros deben proceder a hacer la totalización de los votos. El candidato antichavista, médico de profesión, se lanzó a medirse con el gobernante Partido Socialista Unido de Veneuzela (PSUV) en La Guaira, uno de lo bastiones del oficialismo. Lo hizo con campaña sin apenas presupuesto, rodeado de voluntario, y tras regresar del exilio en Colombia. A principios de 2019, cuando era diputado de la Asamblea Nacional, fue uno de los dirigentes que impulsaron el intento de Juan Guaidó de desafiar a Maduro con el ingreso de ayuda humanitaria por la frontera. Lo contó Santiago Torrado desde Cúcuta.
Se están produciendo algunos incidentes puntuales a lo largo del país, sobre todo relacionados con el cierre del colegio electoral. Si no hay cola, el centro de votación debe cerrarse. La mayoría ya lo han hecho a las seis de la tarde, pero hay denuncias de que no se ha cumplido en todos los casos. Los adversarios al chavismo temen que este momento previo al recuento sea aprovechado para meter votos de más. Tomás Guanipa, el candidato opositor al municipio de Libertador, en Caracas, ha subido un vídeo en el que desde una camioneta con altavoces alguien invita a la gente a salir a votar hasta las ocho de la noche.
Un hombre de 34 años ha sido asesinado mientras hacía cola para votar en el municipio de San Francisco, en el estado de Zulia, al oeste del país. Dos personas más, una de 56 y otra de 19, han resultado heridas. No hay indicios de que el asesinato tenga relación directa con la votación, por ahora. “Los violentos serán puestos a orden de la justicia venezolana. Ese hecho delictivo aislado al proceso electoral, será procesado de acuerdo a las leyes de la República y el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas actúa para capturar a responsables”, escribio en un tuit el ministro del Interior, el almirante Remigio Ceballos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha informado de que, “una vez escrutados los resultados, se iniciará la Verificación Ciudadana en el 54%”de las mesas, “previo sorteo en cada centro de votación”. Pero más allá de la arquitectura electoral diseñada por el chavismo, en estas elecciones ha sido crucial la observación de la Unión Europea. La misión tiene ante sí un gran reto. Aquí Juan Diego Quesada, corresponsal en la región andina, explica por qué el trabajo de los veedores europeos, visto con suspicacia por partes del chavismo y la oposición, marcará el futuro inmediato del país.
Juan Guaidó se empleó durante la campaña electoral en asegurar que la participación del sector mayoritario de la oposicíon en las elecciones regionales y municipales de Venezuela no suponía una legitimación del Gobierno de Nicolás Maduro. Después de años de grave crisis institucional, los últimos intentos de diálogo propiciaron un acuerdo para plantear una competición con garantías democráticas y una observación independiente. El frente antichavista busca una salida al estancamiento a través de lo que el excandidato presidencial Henrique Capriles calificó ya a principios de 2020 de “hecho político real”. De la correlación de fuerzas que salga este domingo de las urnas dependerá en buena medida el futuro político del país a medio plazo.
Las urnas en Venezuela han empezado a cerrar a partir de las seis de la tarde hora local tras una jornada cuya gran incógnita es la participación final. El vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Enrique Márquez, ha señalado que a partir de esa hora solo podrían votar quienes se encontraban ya a la espera en algún centro de votación. Minutos antes del cierre, Nicolás Maduro había llamado a sus bases a la movilización.
No eran unas presidenciales, pero el alcance simbólico de estas elecciones regionales y municipales va más allá de los cargos en juego, algo más de 3.000 entre gobernadores, alcaldes, diputados locales y concejales. ¿Por qué? Porque han supuesto un punto de inflexión en la estrategia de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro. Al menos, su frente mayotirario, que cuenta con dirigentes como Juan Guaidó o Henrique Capriles, optó por competir con el chavismo tras ignorar durante años los procesos electorales por considerar que carecían de legitimidad. La mesa de negociación iniciada en México el pasado mes de agosto -y hoy suspendida por la extradición de Alex Saab, presunto testaferro de Maduro, a Estados Unidos- sentó las bases para una participación de las fuerzas antichavistas en unos comicios con observación internacional, incluida una misión de la Unión Europea.