Varios agricultores en Estados Unidos han visto pérdidas en sus cosechas de trigo ante el aumento de precios de esta materia prima en el país y a nivel mundial.
Dakota del Norte, uno de los principales estados productores de este cereal en el país, ha resentido el paso de las fuertes lluvias, que han arruinado las cosechas de trigo en varias regiones.
Los agricultores han tenido que reducir las exportaciones de los granos y, en consecuencia, han dejado al mundo sin millones de toneladas de suministro de trigo.
Según el Departamento de Agricultura de EE.UU., los agricultores del país sólo han sembrado el 49% de sus acres de trigo de primavera previstos para el 2022. Este es uno de los ritmos más lentos desde 1996.
Estados Unidos, el quinto mayor productor de trigo en el mundo, lucha por capitalizar el incremento de los precios de este producto, en medio de una crisis alimentaria mundial, donde no se puede permitir las pérdidas de suministros del grano.
El conflicto actual entre Rusia y Ucrania abona a la situación actual de escasez. Rusia es el cuarto mayor productor de trigo a nivel mundial, según Statista, y Ucrania exporta cerca del 12% del cereal consumido a nivel global. El conflicto ha reducido considerablemente las exportaciones a varias partes del mundo.
En Ucrania la invasión de Rusia ha originado que no pueda cosechar una superficie importante de cereales. La cosecha de trigo para invierno en la zona controlada por Ucrania se estima alcance los 20.1 millones de toneladas, cifra inferior a las 32.2 millones que produjo el año pasado.
Los precios de referencia del trigo de la Bolsa de Comercio de Chicago subieron 50% a más de 13.60 luego que a raíz del conflicto se redujeron los envíos de casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que el impacto de la guerra en productos como granos, aceites, combustibles y fertilizantes podría acarrear a millones de personas a la hambruna. Esta situación tardaría años en resolverse.
