“En el sector del litio, muchas veces presumimos que sabemos, pero en realidad ni siquiera conocemos lo que tenemos. El lastre neoliberal dejó un Estado jibarizado, entonces suele haber una asimetría muy grande entre el desarrollo científico con el que cuentan las empresas en relación al del sector público”, explica Gonzalo Gutiérrez, Asesor de Litio y Salares del Ministerio de Minería del gobierno de Chile que encabeza Gabriel Boric. Si bien la situación normativa es bien distinta entre ambos países, Argentina y Chile, dos de los más importantes productores globales de litio, comienzan a compartir miradas al respecto. Esto se suma a la línea de intercambio de conocimiento que tiene el Estado nacional, y también el de Chile, con Bolivia.

Una de las apuestas en materia de litio por parte del gobierno de Boric es la creación de una empresa nacional que le permita al Estado intervenir directamente en la producción primaria y encadenar las posteriores etapas industriales. “Por ello, una de las tareas prioritarias que nos propusimos es capacitar al Estado en términos técnicos y científicos, para lo cual es muy positiva la coordinación con Argentina, que tiene buen desarrollo a nivel académico-científico”, indicó Gutiérrez Página/12.

Y-TEC

En su último encuentro, los presidentes Alberto Fernández y Gabriel Boric acordaron la creación de un grupo de trabajo bilateral en el tema del litio. La semana pasada, ese  equipo celebró su segunda reunión, durante la cual los funcionarios de ambos países visitaron las instalaciones de YPF-Tecnología (Y-TEC), “la empresa de investigación y desarrollo para la industria energética más importante del país”, la define el gobierno.

Días atrás, Fernández visitó la planta de Y-TEC, en donde se espera que en diciembre próximo se ponga en marcha la producción de celdas para baterías de litio. La planta cuenta con una superficie de 1.300 metros cuadrados y la producción anual será, medida en energía almacenada, de unos 13 MWh, lo que equivale a 1000 baterías para almacenamiento estacionario o unas 50 para colectivos eléctricos.

En el marco de ese plan, este jueves Salvarezza junto al embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja y el CEO de Tianqi Lithium, una de las tres empresas más importantes a nivel mundial dedicadas al litio, Xia Juncheng, firmaron un acuerdo para invertir conjuntamente en el sector y potencialmente avanzar hacia la transferencia tecnológica de China a la Argentina.

Si bien Argentina presenta avances desde el lado científico, todavía a escala de laboratorio y con cierta expectativa puesta en la producción de celdas, la producción primaria de litio tiene el mismo encuadre que la minería metalífera y está manejada por un puñado de empresas, bajo reglas que ponen las provincias. En Chile, el Estado nacional es dueño de las concesiones, que son explotadas por empresas a través de un sistema de licitaciones, y cuenta con mayor herramientas de definición sobre la producción primaria, aunque menor desarrollo en el campo científico.

La apuesta de Boric

“Para nuestro gobierno, el litio es uno de los cuatro aspectos a desarrollar en minería. La agenda del litio tiene en primer lugar el objetivo de desarrollar una nueva institucionalidad en relación a los salares, una gobernanza tal que permita al Estado cumplir con su rol fiscalizador junto al respeto de las comunidades. Se requiere una readecuación completa en este sentido”, explica Gutiérrez.

Se calcula que Chile explica el 22 por ciento de la producción global de litio y el interés de las empresas en ese negocio, tal como sucede en Argentina, experimenta un “boom” a causa de los buenos precios y las perspectivas de la demanda asociada a la electromovilidad. En este marco, Boric anunció la creación de una empresa estatal de litio. “La empresa va a tener una integración vertical, con lo cual participará en el negocio desde la explotación primaria hasta la manufactura”, dice Gutiérrez.

“El tercer punto –agrega el asesor de Boric en materia de litio– es capacitar al Estado en materia de recursos técnicos y científicos. En este capítulo, es importante la cooperación con países vecinos. El Grupo Bilateral busca identificar temas de interés común y generar conocimiento. Argentina tiene experiencia a nivel académico-científico en relación a la química de los salares y las posibilidades de avanzar en la etapa de manufactura y ahí Chile sufre cierto atraso relativo. En tanto, Chile tiene lo propio en cuanto a la regulación de los precios de transferencia, los royalties y la relación con las comunidades”.

Gutiérrez plantea que hay espacio para la coordinación regional “a pesar de que los países del triángulo del litio cuentan con status jurídicos muy diferentes. En Chile, el litio se encuadra en la normativa de los hidrocarburos y los yacimientos pertenecen al Estado nacional, que los arrienda a privados”.

Por otro lado, el gobierno argentino, y también el chileno de manera bilateral, mantienen líneas de cooperación con Bolivia, el otro actor regional en el sector del litio. Bolivia cuenta con grandes reservorios, aunque todavía no tiene producción primaria a escala industrial. Aun así, busca presencia, mediante acuerdos con empresas extranjeras, en las fases de industrialización del mineral.