El presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, se halla en Oriente Medio en lo que constituye su primer viaje oficial al extranjero, tras investirse presidente y una vez ha terminado de constituir el nuevo Gobierno de coalición en España. La gira incluye como destinos Israel, Palestina y Egipto.
Acompañado de su homólogo belga, Alexander De Croo, Sánchez se ha entrevistado en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y con el presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog, a lo largo de la mañana del 23 de noviembre, antes de sostener un encuentro durante la segunda parte del día con el presidente de la Autoridad Nacional de Palestina (ANP), Mahmud Abás, en la sede de la ANP en Ramallah (Palestina).
Uno de los objetivos de la visita es avanzar y ganar apoyos para celebrar en los próximos seis meses una conferencia internacional de paz, de la que Pedro Sánchez desea que España sea la anfitriona. El otro fin declarado de la visita es transmitir de manera oficial a los altos dignatarios israelís la intención del Gobierno español de reconocer a Palestina como Estado.
Sánchez aboga por el control palestino de la franja de Gaza una vez acabe la guerra y ha especificado su propuesta: “La solución de los dos Estados debe ser implementada para vencer al terrorismo y garantizar la seguridad de Israel”, ha dicho.
Se da la circunstancia de que tanto España como Bélgica son dos de los países de la UE más críticos con la acción desencadenada por las fuerzas armadas israelíes contra Gaza. Pedro Sánchez ha comunicado a Isaac Herzog que la respuesta militar de Israel no debe cobrarse la muerte de civiles, que deben ser “protegidos”, y que hay que “parar esta catástrofe humanitaria”. Después, en su entrevista con Benjamín Netanyahu, pidió proporción en las acciones israelíes. “El número de palestinos muertos es realmente insoportable”, le dijo.
“España comparte el dolor de Israel por los terribles atentados del 7 de octubre. Israel tiene derecho a defenderse, pero debe respetar el derecho internacional. La respuesta no puede implicar la muerte de inocentes, incluidos miles de niños”.
¿Es genuino el planteamiento?
Cabe recordar que la visita del mandatario español se produce no tanto como jefe del Gobierno de su país como presidente de turno de la UE. Así lo estima el historiador y tertuliano televisivo José Miguel Villarroya, que declara a Sputnik que la presencia de su homólogo belga se explica por el mismo sentido. “De Croo le acompaña porque Bélgica ocupará la presidencia rotatoria europea a partir del 1 de enero”, señala.
Respecto a la promoción y reconocimiento de un Estado palestino, Villarroya cree que Sánchez simplemente ejerce en Jerusalén de correa de transmisión. “Su postura aquí va en consonancia con la de Joe Biden, que ha dicho que la solución al conflicto palestino-israelí es la existencia de dos Estados”, señala.
“Es algo que Pedro Sánchez lleva diciendo desde hace tiempo, aunque él no dice nada que no esté en consonancia con lo que sale desde Washington. Así que, cuando habla con Netanyahu y Abbas, Sánchez les traslada una idea de EEUU. Es más de lo mismo, llevamos así desde hace mucho tiempo”.
De modo que, en la situación actual, piensa Villarroya, el mero reconocimiento de un Estado palestino no es lo principal, sino solo un gesto para “quedar bien”.
“De acuerdo, puedes reconocerlo, pero si luego eso no lo traduces en evitar la masacre y el genocidio que se está produciendo, pues es un brindis al sol. Es decir, no sirve de nada reconocer al Estado palestino mientras dejas que Israel siga cometiendo la matanza que está haciendo. Porque al final, esto acabará cuando a EEUU le interese que termine. Y punto. Este encuentro no cambiará absolutamente nada, para desgracia del pueblo palestino”, asegura J. M. Villarroya.
Justo durante la teórica tregua
Por otro lado, la visita de Sánchez y De Croo se produce en un momento en que Israel ha aceptado una tregua de cuatro días y un canje de presos por rehenes, si bien su inicio se ha retrasado debido a divergencias de última hora. El pacto implicaba en un principio la liberación de 50 rehenes israelíes a cambio de la puesta en libertad de 150 mujeres (menores de 19 años) y niños palestinos en cárceles israelíes. El acuerdo también suponía la entrada masiva de ayuda humanitaria en la franja.
El hecho de que la visita de los dignatarios europeos se produzca en estas circunstancias es una “coincidencia”, argumenta Villarroya, pues España, Bélgica y la UE “han pintado poco” en la iniciativa, “que ha sido negociada entre EEUU y Catar”. “La UE intentará tener un papel más diferente de EEUU, pero no creo que tenga mucho que ver, porque Pedro Sánchez es el adulador número uno de EEUU en Europa, por lo que las cosas no van por ahí”, afirma.
Comparaciones odiosas
El apoyo expresado por Sánchez a la creación de un Estado palestino y su reconocimiento se inscribe en un vector de la política exterior española que en los últimos tiempos ha venido marcado por cambios de posición. Así sucedió respecto al futuro de la antigua colonia española del Sahara Occidental, ocupada por Marruecos desde 1975. Madrid ha virado radicalmente su enfoque y ya no defiende su independencia, sino su autonomía dentro del Estado marroquí.
¿Palestina sí, pero Sahara no? Cabría preguntarse qué lleva a España a admitir para Palestina lo que ya parece negar al Sahara Occidental. “Pues porque le interesa a EEUU”, afirma tajantemente J. M. Villarroya. “Marruecos es el aliado más fiel de EEUU en el Magreb, así que España vendió al pueblo saharaui para estar a buenas con EEUU, que es a quien le interesa que se reconozca el Sahara como provincia marroquí”
“Si hubiera otras razones –concluye Villarroya–, Pedro Sánchez ya habría dicho en su momento (cuando reconoció el Sahara como provincia marroquí) cuáles son. Si no lo ha explicado es porque, evidentemente, le da vergüenza decir que se lo han ordenado desde EEUU”.