España se prepara, en el marco de la OTAN, para ejercer el mando de 60.000 militares en el área de Eslovaquia y Hungría en caso de que la amenaza rusa lo hiciera necesario. En territorio eslovaco está ya trabajando un grupo avanzado de ese futuro ‘cuerpo de ejército’, en Kuchyña, bajo el mando del coronel Guillermo Paredes.
A unos 350 kilómetros, en Lest, muy cerca de la frontera con Hungría, están desplegados otros 800 españoles, que forman parte de una brigada multinacional de la Alianza, compuesta por unos 2.800 militares, de los que más de un millar están desplegados de manera permanente sobre el terreno, y que lidera también España.
Varios medios españoles, entre ellos la Agencia EFE, han visitado ambas operaciones que forman parte de la nueva estrategia de la OTAN de refuerzo de la disuasión en el flanco este tras la invasión rusa de Ucrania, acordada en la cumbre de Madrid de junio de 2022.
“Kuchyña es el cerebro y Lest el músculo”, apunta el coronel Paredes. Un músculo de un millar de militares que hay que ejercitar diariamente. El entrenamiento se lleva a cabo en un antiguo campo de maniobras ruso que aún conserva construcciones en pie, de 145 kilómetros cuadrados.
Es el mejor de los tres con los que cuenta Eslovaquia y que ha cedido a la OTAN, señala con satisfacción el coronel Francisco Calvo, jefe de la brigada multinacional. La visita de los periodistas coincide con un ejercicio de dos días con fuego real en el que en esta ocasión ‘los malos’ son las fuerzas checas que han atacado por sorpresa durante la noche.
Al día siguiente empieza la respuesta y los Leopard portugueses son los primeros en entrar en acción con el apoyo a pie de militares españoles. Los zapadores reconocen el terreno por el que posteriormente tiene que pasar la fuerza, comprobando que está limpio de proyectiles u otro tipo de artefactos explosivos que puede requerir la intervención de la unidad de desactivación.
En ese caso, siempre se intenta neutralizar el artefacto y nunca hacer explosiones controladas porque, como dicen los expertos, “si destruyes, te quedas sin la información que puedes obtener del enemigo”. También entra en acción el escuadrón de caballería que se ven obligados a entablar un combate urbano atravesando una población con sus vehículos Centauro, que por primera vez han desplegado en el exterior.
Juega un papel importante en esta batalla la batería de artillería de campaña, que con sus obuses remolcados son capaces de abrir fuego con un alcance de hasta 21 kilómetros, por lo que son un apoyo esencial para las fuerzas terrestres, señala el capitán José Antonio Mochón.
La defensa antiaérea la provee el sistema Cervus que funciona a modo de cúpula para detectar drones enemigos e inhibir su acción a través de radiofrecuencia. También disponen de un sistema de misiles mistral. El adiestramiento es muy exigente con el objetivo de que la brigada esté preparada para formar parte de ese ‘cuerpo de ejército’ de 60.000 efectivos que entrarían en acción si fuera necesario.
El grupo de Kuchyña (cocina en eslovaco) es el embrión del futuro ‘cuerpo de ejército’ multinacional que liderará España en el flanco este de la Alianza en caso de ser activado y cuyo mando y control se ejercerá desde el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de la OTAN, con sede en Bétera, Valencia.
Este ‘elemento avanzado’ facilitará la transición rápida de una estructura en tiempo de paz a otra para hacer frente a un conflicto de alta intensidad, señala el jefe del destacamento, el coronel Gustavo Paredes. Así, los primeros efectivos de los 60.000 estarían sobre el terreno en 10 días y el resto en un periodo de dos meses.