Italia colocó en alerta roja a 23 ciudades, ya que las temperaturas podrían alcanzar los 46 grados centígrados el miércoles, en uno de los focos mundiales de una ola de calor extremo, incendios forestales e inundaciones que está causando estragos desde Estados Unidos hasta China.
La intensificación de la ola de calor que azota el sur de Europa en plena temporada turística de verano ha batido récords incluso en Roma y provocó advertencias sobre un mayor riesgo de muertes y ataques cardíacos.
Los incendios forestales afectaban por tercer día consecutivo al oeste de Atenas, la capital griega. Los aviones reanudaron sus operaciones de extinción al amanecer y los bomberos trabajaron toda la noche para mantener las llamas alejadas de las refinerías costeras.
Avivados por vientos erráticos, los incendios han destruido decenas de casas, han obligado a huir a cientos de personas y han cubierto la zona de un espeso humo. Según las previsiones, las temperaturas podrían alcanzar los 43ºC el jueves.
En China, que esta semana recibió al enviado estadounidense para el clima, John Kerry, los turistas desafiaron al calor para visitar un termómetro gigante que mostraba temperaturas de 80ºC en la superficie.
En Pekín, donde se batió un nuevo récord al mantenerse las temperaturas por encima de los 35ºC por vigésimo octavo día consecutivo, Kerry expresó su esperanza de que la cooperación para combatir el calentamiento global pueda redefinir los turbulentos lazos entre las dos superpotencias.
Un patrón global de olas de calor que ha abrasado partes de Europa, Asia y Estados Unidos esta semana ha puesto de relieve ese desafío.
Las temperaturas se mantuvieron altas en gran parte de Italia el miércoles. En la isla mediterránea de Cerdeña se esperaban 45-46ºC y en algunas zonas del interior de Sicilia es probable que se superen también los 40ºC.
El Ministerio de Sanidad activó una línea telefónica de información y equipos móviles de trabajadores sanitarios visitaron a los ancianos en Roma. “Estas personas temen no sobrevivir, temen no poder salir”, dijo Claudio Consoli, médico y director de una unidad sanitaria.
Mientras la ola de calor parece remitir en España, los residentes en Grecia se quedaron examinando los restos de sus hogares tras los incendios forestales.
“Se ha quemado todo, todo. Voy a tirarlo todo, todo es basura. La caldera se quemó, ya está, se derritió”, dijo Abbram Paroutsidis, de 65 años.
España advirtió del riesgo de incendios forestales en la mayor parte del país, aunque se permitió a los residentes regresar a sus casas en la isla de La Palma, donde un incendio activo durante cinco días fue estabilizado en un sector, aunque permaneció activo en otros lugares.
En Alemania, la ola de calor suscitó un insólito debate sobre si los centros de trabajo deberían introducir siestas para los trabajadores.
En España, El Corte Inglés, una de las mayores cadenas de grandes almacenes del país, declaró que las ventas de aparatos de aire acondicionado se habían disparado, al igual que el interés por los cojines refrigerantes para mascotas y caballos.