“Este conflicto ha terminado. Pero no lo dejaremos morir porque el régimen de Washington quiere mantener la ilusión de que algo bueno está sucediendo en Kiev y eso no es cierto”, afirmó el uniformado.
De acuerdo con el exfuncionario de la Defensa estadounidense, la verdad es que en Ucrania “no hay más que corrupción y criminalidad” y aseveró que sólo unos pocos en Occidente están dispuestos a admitirlo, aunque estimó que la situación está cambiando.
“Los ucranianos mueren por nada, sin ningún propósito”, sentenció el coronel Macgregor.
El pasado 17 de octubre, el Ministerio de Defensa ruso informó que las Fuerzas Armadas de su país destruyeron siete tanques ucranianos, otros siete vehículos blindados de combate y un obús estadounidense Paladin, solo en el frente de Zaporozhie, en el marco de su operación militar especial.
Las pérdidas de las tropas ucranianas ascendieron a más de 1.000 militares heridos y muertos en todos los frentes.
Además, el cansancio por la situación en Ucrania se ha extendido a ambos lados del océano Atlántico, a medida que los problemas internos continúan acumulándose y Kiev no muestra ningún logro en el campo de batalla, según asienta la prensa occidental.
El presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que el caos que se está desarrollando en el Congreso de su país puede interrumpir el flujo de ayuda de Washington a su aliado en Europa oriental.
Aunado a ello, la Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano, se negó a incluir paquetes multimillonarios para Ucrania en las medidas provisionales que buscaban evitar un cierre del Gobierno en el arranque de octubre.
Pero el cansancio por Ucrania no apareció de la noche a la mañana. Las sanciones occidentales impuestas a Rusia al comienzo de la operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar ese país fueron contraproducentes para Europa y Estados Unidos. Eso hizo que los precios de la energía, que ya estaban al alza, subieran aún más y aceleraran la inflación.
Para complicar aún más las cosas, la iniciativa de Bruselas “Carriles solidarios UE-Ucrania” demostró ser ineficaz, ya que no solo no ha logrado entregar grano ucraniano barato a los países hambrientos del sur, sino que ha afectado a los productores agrícolas de Europa central y oriental.