Tal y como informó el sábado la Fuerza Aérea de estadounidense en un comunicado, el secretario del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Lloyd Austin, ordenó el despliegue rápido de aviones de quinta generación, en coordinación con el príncipe heredero emiratí, Muhamad Bin Zayed Al Nahyan.

Los funcionarios estadounidenses, alegando proteger la seguridad de las operaciones, se han negado a mencionar el número exacto de cazas o pilotos que llegaron a los Emiratos. Entretanto, la Fuerza Aérea de EE.UU. publicó una imagen de seis aviones de combate F-22 aterrizando en la base de Al-Zafra, que alberga alrededor de mil tropas estadounidenses.

Anteriormente, el jefe del Comando Central de Estados Unidos (Centcom), el general Kenneth F. McKenzie, había aseverado que el despliegue de los avanzados aviones de combate F-22 proporcionaría a los Emiratos Árabes Unidos uno de los mejores radares de vigilancia del mundo, que es capaz de detectar amenazas, incluidos misiles de crucero, en los ataques terrestres y las operaciones de los aviones teledirigidos (drones).

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En fechas recientes, el Ejército yemení, apoyado por los comités populares, ha lanzado ofensivas con drones y misiles contra los EAU, lo que muestra la determinación de los yemeníes para responder a la agresión y el bloqueo impuesto contra el país por la llamada ‘coalición’, de la que también forman parte los Emiratos.

Los Emiratos Árabes Unidos son el principal socio de Arabia Saudí en una guerra que este último y sus aliados han estado librando desde 2015 contra Yemen para cambiar la estructura gobernante del empobrecido país árabe.

Las fuerzas yemeníes, cada vez más fuertes, aseveran que seguirán sus ataques de represalia hasta que cese la agresión de la coalición saudí, que ha provocado la muerte y el desplazamiento de millones de los civiles yemeníes.