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El Presidente Nicolás Maduro prevé “declarar políticamente” el fin del proceso hiperinflacionario, que se inició en noviembre de 2017 y se habrá prolongado por 49 meses para el momento en que se pueda oficializar su extinción. Expertos coinciden en que si las cifras de diciembre mantienen la tendencia inflacionaria de un dígito de los últimos meses, será posible declarar el fin del periodo, pero no auguran que implique un escenario más positivo para la economía venezolana.
Venezuela dejaría atrás a principios de 2022 el proceso hiperinflacionario que se inició en noviembre de 2017, cuando se registraron por primera vez cifras de inflación superiores a 50% en un solo mes, poniendo fin, según números oficiales, al segundo periodo de hiperinflación más largo de la historia del país, 49 meses, y solo superado por los 63 que duró Nicaragua entre 1986 y 1991.
“Yo puedo declarar políticamente, con el resultado del manejo de la inflación entre los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, que ha sido de un dígito con tendencia a la baja, que Venezuela abandona el estado de hiperinflación”, festejó el sábado el presidente Nicolás Maduro durante una entrevista con el escritor español Ignacio Ramonet transmitida por el canal Telesur.
Las cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), medidor oficial de la inflación en el Banco Central de Venezuela (BCV), se han mantenido en un dígito desde septiembre, y no rebasan el 50% desde diciembre de 2020, cuando se ubicaron en 57,5%.
Según el INPC, la inflación en noviembre de 2021 en el país fue del 8,4 %; mientras octubre registró un 6,8 % y septiembre un 7,1 %.
Ese índice difiere ligeramente del que calcula el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un órgano de la anterior Asamblea Nacional de mayoría opositora que se creó para ofrecer datos de la actividad económica que contrastaran las cifras oficiales.
El OVF reportó cifras hiperinflacionarias por última vez en febrero de 2021 (50,9%), con lo que sería en febrero de 2022 que declararía oficialmente el fin, de acuerdo con la tesis más universalmente aceptada, la del economista Philip Cagan, según la cual solo se puede considerar concluido un proceso de hiperinflación luego de 12 meses seguidos con números inferiores al 50%.
Disciplina fiscal y monetaria: las claves para estabilizar los precios
Ir de compras en Venezuela, sea de cualquier tipo de bienes, es una aventura de desenlaces inesperados. Nunca un producto costará lo mismo que la semana anterior, incluso muchas veces lo mismo que el día anterior. En los meses de hiperinflación, la escalada de precios se mantuvo por encima de cualquier ajuste o previsión posible.
Para el analista económico Jesús Casique, el fin de la hiperinflación, que solo se podrá declarar una vez que se publiquen las cifras de diciembre del BCV, se basó en la dolarización de facto de la economía, por una parte, y en la disciplina fiscal y monetaria, por otra.
“La economía venezolana está dolarizada en un 66%, el precio de cualquier tipo de bienes se calcula en dólares”, asegura Casique. “Según la teoría de las expectativas de los agentes económicos, se produce un ajuste de precios si se considera que la moneda está sobrevalorada. El mercado ya hizo ese ajuste, probablemente en agosto o septiembre, para cubrirse ante el escenario de diciembre, y eso ha quitado presión a los precios los últimos meses”.
Casique también apunta que el Gobierno ha reducido la liquidez monetaria y ha disminuido la monetización del déficit fiscal, plegándose de manera más rigurosa a la disposición constitucional que previene de subordinar el Banco Central al Ejecutivo, y prohíbe expresamente que el BCV convalide o financie políticas fiscales deficitarias.
Los problemas económicos en Venezuela continúan
El economista José Guerra, exdiputado y uno de los directores del OVF, advierte que el fin de la hiperinflación no significará un cierre para la inestabilidad de los precios en Venezuela: “Vamos a salir técnicamente de la hiperinflación, pero igual una cifra de inflación de 6 o 7% mensual es altísima, desquiciante”, indica.
“El BCV ha perdido casi 600 millones de dólares de las reservas (internacionales) en 2021, porque el Gobierno está vendiendo dólares para estabilizar el tipo de cambio y así reducir la presión sobre los precios, pero esa política mata a la economía. No hay crédito y por lo tanto no hay demanda y la economía sigue paralizada”, asegura Guerra.
Su apreciación contrasta con la de Maduro en la entrevista con Ramonet en Telesur, donde aseguró que Venezuela entraba a 2022 con “crecimiento y generación de riquezas”.
Hará falta ver en los meses venideros si las políticas estatales son suficientes para lograr una regulación de la economía nacional, tras años de una de las más profundas crisis que ha presenciado América Latina.