El Gobierno finlandés está negociando actualmente un acuerdo de defensa que, de ejecutarse, les permitirá a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos utilizar el territorio y las bases militares de Finlandia para el entrenamiento y almacenamiento de material militar, según informó el lunes el periódico local Helsingin Sanomat.
La fuente cita las afirmaciones del subjefe del Departamento político del Ministerio finlandés de Asuntos Exteriores, Mikael Antell, quien la semana pasada participó en una reunión en el marco de dichas negociaciones en Helsinki (capital finlandesa).
El funcionario afirmó que el pacto con Washington fortalecerá las capacidades de disuasión y defensa de Finlandia a través de la presencia estadounidense y el posible despliegue anticipado de material de defensa.
“Lo más importante es que el acuerdo permite una cooperación fluida con Estados Unidos en todas las situaciones de seguridad y también con poca anticipación”, alegó.
Actualmente, Finlandia tiene varios acuerdos relacionados con la cooperación en defensa, como el llamado acuerdo de país anfitrión con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); no obstante, “la diferencia es que este es un tratado estatal vinculante y de alcance mucho más amplio”, explicó Antell.
El acuerdo permite el ingreso de tropas al país, la permanencia en el territorio, el prealmacenamiento de material y posibles inversiones en infraestructura a través de los fondos otorgados por el Congreso de EE.UU. al Pentágono […] teóricamente podría ser, por ejemplo, la sala de mantenimiento de los cazas F-35”, dijo.
Las conversaciones oficiales Helsinki-Washington continuarán hasta el próximo año y después el proyecto de acuerdo pasará a consideración parlamentaria, señala Helsingin Sanomat. Eso se produce mientras Rusia acusa a Estados Unidos, sus aliados occidentales y la Alianza Atlántica de echar leña al fuego de tensiones en el este de Europa mediante sus acciones hostiles y provocativas. En particular, Moscú ha advertido a Finlandia y que su ingreso en la OTAN provocaría una respuesta rusa con “serias repercusiones político-militares”.