En París (capital), Nantes, Rennes, Marsella o Lorient y otras ciudades de Francia, miles de personas se han manifestado contra la reforma de pensiones impulsada por el Gobierno del presidente Emmanuel Macron.
La 11.ª ronda de protestas contra las reformas del Gobierno de Macron empieza luego de que las conversaciones entre el gobierno y los principales sindicatos del país terminaron el miércoles en punto muerto y los líderes sindicales describieron la reunión con la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, como un “fracaso”.
“Hay una crisis social y democrática […] no entienden lo que está pasando en el país”, ha señalado la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, quien ha defendido que “no existe otra salida más que la de retirar esta reforma”, según el diario local Le Parisien.
En este sentido, ha puesto de relieve que esta nueva jornada de protestas tiene como objetivo “mostrar y confirmar la determinación de los trabajadores para lograr la retirada de esta reforma y demostrar que pase lo que pase, la movilización seguirá de una u otra forma, no podemos pasar página hasta que no se retire la reforma”.
Durante las protestas se han producido varios incidentes, destrucción de mobiliario urbano, escaparates y entidades bancarias. También algunas universidades han visto bloqueados sus accesos, y más de un centenar de colegios han cerrado sus puertas.
Desde el 19 de enero, los sindicatos organizaron varias jornadas de protestas masivas contra la controvertida reforma del sistema de pensiones. Las movilizaciones populares aumentaron en intensidad a mediados de marzo, cuando el presidente de Francia, lo adoptó por decreto para evitar perder el voto en el Parlamento.