El presidente de Colombia niega también haber sufrido depresiones en una extensa entrevista con la revista ‘Cambio’
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha salido al paso de los insistentes rumores sobre los supuestos quebrantos de salud que lo han llevado a cancelar compromisos previamente anunciados. “No, no es nada grave y no es lo mismo siempre. Al principio era inexperiencia con mi equipo”, ha dicho el mandatario este fin de semana en una extensa entrevista con la revista Cambio, sin entrar en demasiados detalles. “Yo necesito mis equilibrios, el cansancio permanente es un mal consejero. Si usted se excede, pues no va a pensar bien, va a cometer errores y en este caso yo no puedo darme el lujo de cometer muchos errores”, ha explicado Petro, que cumplió este mes un año en el poder.
La conversación con los periodistas Daniel Coronell y Federico Lara, realizada el sábado, se produce en momentos en que la oposición busca abrir un debate sobre la salud del primer presidente de izquierdas de la Colombia contemporánea ante las reiterativas cancelaciones de eventos en su agenda y su crónica impuntualidad. La controversia se recrudeció justamente el jueves, el día en que estaba originalmente pactada la entrevista, cuando la Presidencia canceló un encuentro con el Consejo Gremial y el mandatario tampoco asistió a una reunión con los gobernadores de los departamentos del Pacífico, que encabezó en su lugar el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.
Un par de congresistas de oposición ya han solicitado formalmente que el Legislativo obligue al presidente a someterse a un examen para determinar su estado de salud, un mecanismo que no está contemplado en el orden jurídico colombiano. “Ahora quieren confundir el que no vaya a un evento a que tengo supuestas enfermedades. No, señores, al presidente no lo pueden llevar a groseras encerronas”, escribió Petro este semana en un mensaje en la red social X, el nuevo nombre de Twitter.
Cuando Cambio le preguntó al mandatario sobre las versiones, nunca corroboradas, de que sufre depresiones, recordó que eso lo dijo la excandidata presidencial Ingrid Betancourt durante un debate, en alusión a un supuesto episodio cuando estaba exiliado en Bélgica, antes de que lo retomaran algunos columnistas. “Sí, ahí se vuelve chisme, como llamamos nosotros”, apunta Petro al desmentir los rumores. “El chisme de Ingrid además no lo entiendo porque trato de recordar ese momento. Yo estaba en Europa, evidentemente en un momento que para mí no era placentero, porque yo me había ido amenazado de muerte. Entonces, eso que cuenta Ingrid son mentiras”, relata. “No sé por qué hizo eso”, concluye el presidente.
“¿Por qué tengo que estar vigilado?”, se pregunta en la conversación Petro, que suele quejarse de la manera en que los periodistas cubren a su Gobierno, lo que le ha valido reproches de organizaciones que defienden la libertad de prensa. “[El expresidente Álvaro] Uribe se iba para su finca, todos lo supimos. No todo lo que pasara ahí, conversara o hiciera era de conocimiento público. Yo sé que en el Palacio de Nariño se hacían parrandas de orquestas vallenatas, les gustaba, no tengo por qué criticar eso, pero no había una prensa acuciante. Yo lo que siento es una prensa que decidió vigilar como la Policía. Que considera que Petro porque es de izquierda, entonces tiene que ser vigilado de una manera diferente”, se lamenta.
En la charla, el presidente también se refiere a la visita de hace una semana a su hijo Nicolás Petro, acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Aunque la relación está rota, el primogénito ha dicho que el mandatario no sabía de los dineros sucios que recibió en campaña. “Yo a veces me pongo en sus zapatos (…) vivir una experiencia así debe ser muy difícil”, afirma Petro, que ha prometido no intervenir en el proceso y respetar la independencia judicial. “El episodio tiene truculencias y después de las truculencias propias de la vida personal, entonces viene la truculencia política. Lo que le hacen”, sostiene en otro pasaje en referencia a la actuación de la Fiscalía, en cabeza de Francisco Barbosa, convertido en opositor del Gobierno. También reafirma que siempre se ha negado a abordar el tema de su hijo en sus conversaciones con el fiscal Barbosa. “Me querían llevar preso”, asegura Petro, haciéndose eco de las recientes declaraciones del exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, ‘Macaco’, quien dijo que el hoy presidente fue declarado objetivo de los paramilitares como parte de una conspiración para truncar su llegada al poder.