Hungría recibió el miércoles al ministro de Sanidad ruso, en una excepcional visita de un miembro del gabinete ruso a un Estado miembro de la UE y la OTAN. Budapest dijo que quería mantener abiertos los canales de comunicación.
Hungría, dirigida por el primer ministro nacionalista Viktor Orbán, es el único miembro de la UE y de la alianza de la OTAN que aún mantiene estrechas relaciones con Moscú, después de que Rusia invadiera Ucrania el año pasado.
Hungría sigue recibiendo la mayor parte de su petróleo y gas natural de Rusia, aunque afirma que está intentando diversificar las fuentes de suministro, a pesar de que el resto de la UE ha interrumpido en gran medida las importaciones rusas.
El ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, ofreció una rueda de prensa conjunta en Budapest con el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, de visita en el país. Según Szijjarto, Hungría desea mantener “abiertos los canales de comunicación” con Rusia y buscar una “cooperación sensata y pragmática”.
Condenó la guerra en términos generales y pidió conversaciones de paz, pero criticó los envíos de armas a Ucrania y no culpó directamente a Rusia de la invasión.
“Condenamos la guerra de la manera más contundente, pero al mismo tiempo pensamos que los envíos de armas prolongan la guerra”, dijo Szijjarto, reiterando que Hungría no enviaría armas. También aseguró que Hungría no apoyará el desembolso del próximo tramo del Fondo Europeo para la Paz, un programa de ayuda de la UE para Ucrania, hasta que Kiev retire al Banco OTP de Hungría de su lista de “patrocinadores internacionales de la guerra”.
Szijjarto también dijo que prevé que la agencia rusa de energía nuclear Rosatom construya dos nuevos reactores en la central nuclear húngara de Paks para 2030 y 2031, según lo acordado en un contrato de 2014 que hasta ahora ha sufrido importantes retrasos.
Reuters no fue invitada a la rueda de prensa. El Ministerio de Asuntos Exteriores no respondió a las preguntas de Reuters sobre la visita de Murashko.