Joe Biden no ha tenido el final que esperaba; de hecho, su plan era seguir siendo presidente de Estados Unidos. Su intención siempre fue ser el candidato de los demócratas, haber ganado las elecciones de noviembre y haber podido cumplir un segundo y último mandato. Pero la historia no lo ha querido.
Biden no llegó siquiera a ser el candidato de su partido. Su estado de salud y las dudas derivadas de su edad (tiene 82 años) tras algunos despistes y lapsus —especialmente los sufridos durante su debate con Trump— llevó a los demócratas a presionarlo hasta convencerlo de que su renuncia era lo mejor. Su vicepresidenta, Kamala Harris, fue la candidata. Pero el cambio de cartel no bastó (o le faltó tiempo de campaña) y, finalmente, Donald Trump, un político condenado por la Justicia, ganó e iniciará este 20 de enero su segundo mandato como presidente.
El de Delaware está haciendo en las últimas semanas todo lo que le permite la ley, su agenda y su irregular salud. Todo un sprint legislativo que busca mejorar su lugar en la historia y, por otro lado, condicionar la presidencia de Trump. Podría decirse que Biden intenta salvar algunas cosas de “la motosierra” del de MAGA (Make America Great Again). Por eso el presidente saliente ha pedido a su sucesor que no haga un “ajuste de cuentas” cuando regrese a la Casa Blanca.
En una entrevista con USA Today del pasado día 8, Biden contó que explicó a su sucesor que va en contra de “sus intereses volver (al poder) e intentar ajustar cuentas”. Según el presidente estadounidense, Trump no dio respuesta a este consejo y “simplemente escuchó”. El demócrata añadió que todavía no ha decidido sobre si otorgar indultos preventivos a personalidades que puedan ser atacadas por la administración entrante.
El presidente saliente ha dado orden de ampliar las sanciones contra el sector energético de Rusia, que podrían llegar a costarle a la economía rusa miles de millones de dólares por mes. Estas nuevas sanciones buscan castigar a las entidades que hacen negocios con Moscú. La Administración demócrata las califica como las más significativas hasta la fecha contra los sectores de petróleo y gas natural licuado.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros de EEUU ha sancionado a dos productores de petróleo rusos, 183 buques (principalmente petroleros), compañías de seguros, docenas de comerciantes de petróleo ruso y proveedores de servicios. Las sanciones afectan a 69 buques propiedad de Sovcomflot, incluidos 54 petroleros y otros buques de transporte de productos, y cuatro buques de GNL (gas natural licuado).
A finales de diciembre, la Administración Biden anunció una ayuda militar y financiera adicional para Ucrania por valor de 5.900 millones de dólares. Lo que adelantó el demócrata fueron cerca de 2.500 millones en asistencia militar para las tropas de Zelenski.
