Dos comités del Senado publicaron este martes un informe sobre el ataque al Capitolio el 6 de enero, en el que concluyen que los funcionarios que resguardaban el edificio sabían del potencial de violencia y no hicieron nada
Un nuevo informe del Senado publicado este martes revela que la seguridad del Capitolio era consciente de posible brote de violencia ocurrido el 6 de enero, con detalles previamente desconocidos sobre las impresionantes fallas de seguridad ocurridas antes del ataque del 6 de enero al Capitolio, incluido el hallazgo de que la principal unidad de inteligencia de la Policía del Capitolio “estaba al tanto del potencial de violencia” de antemano.
El informe agrega un énfasis autorizado a la evidencia previa de que hubo fallas masivas de inteligencia, fallas de comunicación críticas y advertencias desatendidas que finalmente llevaron a la respuesta caótica a la violencia del 6 de enero.
Al menos dos semanas antes del asalto al Capitolio de Estados Unidos del pasado 6 de enero, los encargados de asegurar el edificio revisaron pistas sobre una posible invasión armada, pero una serie de fallos de comunicación e inteligencia evitaron que esa información llegara a los agentes desplegados allí.
Así lo indica la primera investigación bipartidista sobre el ataque protagonizado en enero por seguidores del entonces presidente, Donald Trump, que fue publicada este martes por dos comités del Senado estadounidense.
El informe, de más de cien páginas, achaca lo sucedido a graves errores de las agencias de inteligencia estadounidenses, el Pentágono y la Policía del Capitolio, además de a una falta de formación adecuada por parte de los agentes que protegían el Congreso.
El documento no analiza las causas de raíz que llevaron a los seguidores radicales de Trump a asaltar el Capitolio, es decir, las denuncias sin pruebas del ahora exmandatario de que le habían “robado” las elecciones de noviembre pasado, en las que se impuso el actual presidente, Joe Biden.
“Las entidades responsables de proteger el Capitolio y a todos los que estaban allí ese día no estaban preparadas para un ataque a gran escala, a pesar de ser conscientes del potencial de violencia contra el Capitolio”, indica el informe en sus conclusiones.
El documento desvela que especialistas de inteligencia de la Policía del Capitolio supieron el 21 de diciembre que algunos manifestantes pensaban acudir armados al mitin convocado en Washington por Trump el 6 de enero y usar esas armas contra los agentes si bloqueaban su entrada al edificio legislativo.
También sabían que los seguidores de Trump estaban compartiendo mapas del Capitolio por internet y debatiendo por dónde podían entrar y cómo encerrarse dentro sin que los congresistas pudieran escapar.
Sin embargo, esa información sobre la posible violencia del 6 de enero se compartió sólo con algunos responsables de mando de la Policía del Capitolio. Pero no todo el mundo lo sabía. La investigación determinó que la operación de inteligencia “descentralizada” de la USCP significó que algunas personas vieron estas advertencias mientras que otros funcionarios se quedaron en la oscuridad.
Los comités del Senado también culpan al Pentágono y a otras agencias gubernamentales por el retraso de varias horas en activar a la Guardia Nacional para asistir a los agentes en el Capitolio, y al FBI y el Departamento de Seguridad Nacional por no emitir alertas sobre los riesgos de un ataque con el tiempo suficiente.
El informe recomienda reformas a la Policía del Capitolio y su junta directiva “para asegurar que actos como los del 6 de enero no se repiten nunca” y pide al Pentágono y la Guardia Nacional de Washington que desarrollen un plan para proteger mejor el edificio del Congreso.