“Hoy, nuestra 86.ª flotilla continua su misión sin problema alguno tras navegar unas 60 000 millas náuticas y cumplir 200 jornadas de navegación”, ha destacado este martes el comandante adjunto de la base naval Moqadam de la Armada del Ejército de Irán, el almirante Yalil Moqadam.

El grupo naval iraní, compuesto por el destructor Dena y el buque base avanzado Makran, zarpó del sur de Irán a fines de septiembre para convertirse en la primera flotilla de la República Islámica en dar la vuelta al mundo con un mensaje de paz y amistad.

Los buques comenzaron su viaje desde el océano Índico, y continuaron navegando por el Mar de la China Meridional, alrededor del Cabo de Hornos hasta el océano Atlántico y llegaron a la costa de América del Sur a principios de enero. Atracaron en febrero en el Río de Janeiro, en el sureste de Brasil, pese a las advertencias de Estados Unidos a Brasilia.

Los dos buques fueron vistos en el puerto de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, el 4 de abril después de completar un tránsito por el Atlántico, según imágenes satelitales proporcionadas a USNI News por Maxar.

“Esta misión —que ha molestado a las autoridades estadounidenses— continúa pese a la dificultad de navegación y sin el menor apoyo al grupo naval. Navegar por siete meses consecutivos en aguas turbulentas y nuestra presencia en los patios traseros de la arrogancia mundial es un honor y envía un mensaje claro al mundo”, ha destacado el almirante Moqadam.

Ha destacado que el mensaje de la poderosa presencia de Irán en aguas lejanas para los países soberanos es que “pueden suministrar su propia seguridad y defenderse sin apoyo extranjero”, y el mensaje claro de esta misión a la arrogancia mundial es que “la Armada de Irán tendrá una presencia poderosa donde quiera que esté necesario”, subraya.

Después de establecer tres comandos oceánicos en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, la Armada iraní busca expandir su actividad y presencia en las aguas internacionales a fin de velar por la seguridad de las rutas navales.

Sin embargo, Irán ha asegurado que ese desarrollo obedece a una doctrina defensiva y no representa amenaza alguna para otros países.